Borrón y sonrisa nueva
Aunque sea difícil de creer, estoy bien. Increíblemente bien.
Hasta a mí me parece algo, un tanto, surrealista.
Me veo un poquito más capaz de aguantar cualquier cosa que venga. Quizás es lo típico, te haces más "fuerte" a base de palos, de decepciones y un largo etcétera; qué os voy a contar que no sepáis.
He aprendido muchísimo de todo esto, de todos estos meses, de aquella que entonces era, de mí, de las personas, de los sentimientos, de la vida. Y me atrevería a decir que incluso del tiempo y de cómo cambia las cosas.
Todo eso lo tenía aprendido desde hace mucho, tendría tanto que contar, pero, sin embargo, ha sido ahora cuando más me he dado cuenta de ello. Cuando, quizás, más lo he sentido.
En definitiva, las palabras se quedan ancladas en un momento, en un instante, en una excusa, tal vez, y no, no regresan. Ni falta que hace. No voy a lamentarme, sencillamente es así. Para cada uno tiene una importancia relativa. Para mí, bueno, quien me conoce lo sabe y con eso me es suficiente.
Y fíjate tú que, pese a lo que ha ocurrido, me siento de maravilla conmigo misma. Por todo, absolutamente todo lo que hice desde aquel día hasta hoy y seguramente lo que vendrá a partir de aquí. Porque sí.
Y, como final, algo sencillo. Breve. Directo.
Justicia poética.