18 de septiembre de 2013

Te di el poder de destruirme


Es triste, pero cierto, te di el poder de destruirme. Supongo que eso siempre ocurre cuando te enamoras de alguien... Dejas al descubierto todos tus puntos débiles, todos aquellos que una vez pensaste que mostrándoselos a Esa persona, iba a seguir manteniéndolos intactos. 
Pero no. Nunca es así.
Una vez que los muestras, da por seguro que si se acaba aquello por lo que una vez, e incluso ahora, luchaste, no sabrás cómo ni por qué, pero solo atacará ahí. Quizás sin saberlo, quizás sin haberlo pensado, pero atacará. Donde duele. Donde a la mínima consigue hacerte llorar, desesperarte o sufrir tal ansiedad que te deje sin ganas de nada.

¿Quererte? Quererte fue lo mejor que podía pasarme hace 3 meses atrás, lo prometo. 
¿Ahora? No sabría decirte qué conlleva para mí seguir haciéndolo.

¿Sabes lo que es esperar algo que nunca llega? ¿Sentir que esperas un tren pero alguien no para de decirte que ya pasó y te mantienes ahí, sola, llueva, haga calor o frío, pensando que va a volver? ¿Sabes lo que es despertar cada mañana pensando que en algún momento te arrepentirás de todo este tiempo separados? ¿Sabes lo que es estar en mitad de la gente y que de pronto, al pensarte, te entren ataques de ansiedad?¿Sabes lo que es quererte con todo el corazón y que este solo reciba daño? ¿Sabes lo que es intentar seguir ahí a pesar de que quizás ya me demuestras solo que no es lo mejor? ¿Sabes lo que es querer todo de alguien y solo tener vacío? ¿Sabes lo que es intentar creer que sí, que sigues ahí, pero darme cuenta poco a poco de que lo único que hay es soledad que dejaste sin pensártelo dos veces? ¿Sabes lo que es dedicarte líneas que ni te molestarás en leer? ¿Sabes lo que es llorarte cada puta noche que pasa? ¿Sabes lo doloroso que resulta preguntarte qué es lo que quieres y recibir un "no sé" de la persona con la que has compartido tu tiempo y de la que estás enamorada? ¿Sabes lo que es intentar estar bien y que ese alguien no sea capaz de poner de su parte? ¿Sabes lo que es pedirle a quien quieres que decida si quiere que estés o que desaparezcas de su vida y que sea tan cobarde que no sea capaz de contestar si quiera?¿Sabes lo que es intentar gritarte, en silencio, que me des algo a lo que aferrarme o me soltaré, me caeré y sentir que ya he caído de aquel precipicio hace tiempo? ¿Sabes lo que jode sentir que estás incluso mejor sin mi?¿Sabes lo que jode prometerse a uno mismo que siempre estaría esperando a alguien y sentir conforme pasan los días que te quedan menos fuerzas y por tanto vuelves a fallarte a ti mismo una vez más? ¿Sabes lo que es pensar que todo aquello era mentira? ¿Sabes lo que es creer que, dejarme por querer que estuviera yo bien, fue tan solo una de tus excusas? ¿Sabes lo que es sentir que nunca te quisieron lo suficiente ni que valías la pena como para seguir adelante? ¿Sabes el miedo que tengo de escucharte decir que no sientes nada por mi? ¿Sabes lo que conlleva pensar que estás para todo el mundo, todo tu mundo, pero que ya no formo parte de él ni estás para mi? 
¿Sabes acaso cuánto te quiero?
¿Lo sabes? ¿Sabes todo eso?

Pues es de lo poco que, llorando, consigo expresarte.



14 de septiembre de 2013

Hablando de mi y mis manías


Yo y mi estúpida manía de quererte como a nadie había querido nunca. 
Yo y mi estúpida manía de buscarle un sentido a todo esto.
Yo y mi estúpida manía de escuchar un mensaje, una llamada, e ir corriendo
a ver si eres tú.
Yo y mi estúpida manía de esperar que todo acabe, bien o mal, pero que acabe de una vez.
Yo y mi estúpida manía de tener ataques que solo dicen "A la mierda todo"
 y cambian a los 5 minutos.
Yo y mi estúpida manía de recordar esa dichosa sonrisa tuya que me hace querer seguir con tal de poderla ver una vez más, desde cerca, en silencio.
Yo y mi estúpida manía de creer que todo está bien pero al momento chocarme con una realidad diferente a las demás.
Yo y mi estúpida manía de soñarte besándome apasionádamente, enredándonos entre las sábanas, corriendo en la misma dirección, sonriendo, disfrutando, compartiendo cada instante, sin más, cada noche que pasa.
Yo y mi estúpida manía de tener mi pequeña felicidad a kilómetros de distancia.
Yo y mi estúpida manía de desear con todas mis fuerzas que el tiempo pase rápido 
mientras no te tengo.
Yo y mi estúpida manía de esperar algo de ti que parece que nunca llega.
Yo y mi estúpida manía de ponerme nerviosa cada vez que apareces cuando
menos lo espero.
Yo y mi estúpida manía de ver que eras todo aquello que yo siempre busqué.
Yo y mi estúpida manía de extrañarte en cada momento.
Yo y mi estúpida manía de querer volver a aquel "nosotros" que dejamos atrás.
Yo y mi estúpida manía de ir a nuestros lugares y ver tu imagen en cada rincón.
Yo y mi estúpida manía de abrazarme a la almohada y recordarte escuchándote decir aquel "Tengo envidia de esa almohada... Es mi sitio. Quiero estar ahí mi niña, entre tus brazos".
Yo y mi estúpida manía de sentir en la noche cómo tus brazos me rodean.
Yo y mi estúpida manía de tener tu fotografía en mi cartera o en la estantería
que contemplo cada día antes de salir.
Yo y mi estúpida manía de morderme los labios pensando que solo buscan besarte.
Yo y mi estúpida manía de quedarme embobada recordándote a mi lado.
Yo y mi estúpida manía de ir en coche y sentir que de pronto me das la mano.
Yo y mi estúpida manía de llorarte casi a diario.
Yo y mi estúpida manía de necesitarte a cada instante.
Yo y mi estúpida manía de recibir un mensaje diciendo "Mira abajo" e ir al instante a ver si eres tú, cegarme por una imagen de ti y en un segundo darme cuenta de que quien
espera no eres tú.
Yo y mi estúpida manía de escuchar tu nombre en cualquier lugar.
Yo y mi estúpida manía de no saber seguir sin ti.
Yo y mi estúpida manía de no resignarme a darme por vencida.
Yo y mi estúpida manía de dedicarte líneas que seguramente no leerás y no por no poder.
Yo y mi estúpida manía de creer que vendrás a recuperarme.
Yo y mi estúpida manía de escuchar canciones que eran solo nuestras.
Yo y mi estúpida manía de seguir cada día pensando que es uno menos para, quizás, 
volver a tu lado.
Yo y mi estúpida manía de pensar en cada promesa que nos hicimos.
Yo y mi estúpida manía de querer creer que piensas tanto en mí como yo en ti.
Yo y mi estúpida manía de buscar en el móvil cada mensaje de ti o aquellas fotos 
tan lindas de los dos.
Yo y mi estúpida manía de ahorrar dinero para un billete para verte que
tal vez nunca compre.
Yo y mi estúpida manía de leer nuestra historia o la parte que hay aquí escrita.
Yo y mi estúpida manía de despertarme y querer encontrar aquel 
"Buenos días mi vida, ¿cómo has dormido? Espero que no tan bien como conmigo".
Yo y mi estúpida manía de intentar, como sea, que todo vuelva a ser igual.
Yo y mi estúpida manía de pensar que sigas esperándome solo a mí, que tengas las mismas ganas, los mismos deseos, la misma carencia, el mismo ansia de mi.

Yo y mi estúpida manía de esperarte por si algún día.... Decides regresar.

Supongo que el amor, el estar enamorada... Nos hace ser bastante imbéciles, ¿no?

PD: Te quiero como si nunca hubieses dolido.


Con http://www.youtube.com/watch?v=pr3RnymvyY8 sonando mientras te escribo, sí, a ti.



12 de septiembre de 2013

Llantos


Sigo aquí, con esa extraña y puta manía de seguir aquí.
Sí... estoy llorando, las lágrimas no me alcanzan para leer cada palabra que escribo así que simplemente escribiré tal y como salga... No me apetece más. Quizás no encontréis ni coherencia... Lo siento.
No puedo más, no puedo seguir llorando casi cada día que pasa. No debe ser sano...
No puedo ser tan gilipollas.
Tras ayer saber que te quedabas, teniendo esa mierda de esperanza aún en mí de que seguiríamos juntos... Todo sigue igual, nada, no hay nada y yo soy tan imbécil de despertarme de madrugada para dejarte un mensaje, un "Buenos días peque, que vaya bien tu primer día de clases". 

¿Para qué?

 Para no recibir nada más que un "Descansa" y otra vez el vacío. No se pueden tener detalles contigo que sepas apreciar... No dejas que salga algo de lo que sientes. 
¿POR QUÉ?

Mi cabeza no ha dejado de pensar desde entonces.
¿Desde cuándo sabías que empezarías las clases?
¿Desde cuándo sabías que al menos, por ahora, ibas a seguir aquí?
Si el motivo por el que cortaste conmigo era que te irías, ¿por qué no vuelves?
¿Tengo que ser yo la que acabe perdiendo un poco más por sentir lo que siento?
¿Tengo que seguir siendo yo la que sufra por quererte tanto?
¿Por qué no te vuelves a acercar poco a poco?
¿Por qué no vuelves si tanto decías quererme?
¿Ha cambiado todo aquello que sentías?
¿Estás mejor sin mi?
¿QUÉ?

¿QUÉ PASA POR ESA MALDITA CABEZA?

Algún día... Me cansaré de llorar... Lo prometo.




11 de septiembre de 2013

Recuperando la esperanza olvidada


Hoy, sin venir a qué me dijiste que empezarías las clases mañana... Eso quería decir que... Te quedabas. Me hablaste sobre la venta de la otra casa y, ojalá, sea posible y así podáis guardar el dinero a pesar de que me dijiste que no lo invertiríais en la empresa sino en la posibilidad de iros (no sé si para poder quedaros o para tener algo una vez os fuerais). Pero me daba igual, ya tenía la certeza de que Septiembre'13 no sería tan malo ya que, por ahora, te quedabas...

La pregunta era... Y, ¿nosotros?

No sabes cuánto temía la respuesta, cuánto me costó escribirla mientras mantenía la esperanza aún de que hubiera una mínima posibilidad de que de pronto dijeras que todo iba a estar bien, que me querías, que ibas a volver... Pero no. 
Supongo que hasta que no tengas la certeza suficiente, nunca volverás.
Esta era la decisión que más temía ya que por ahora te quedarías pero aún no estarías a mi lado nuevamente... Cuesta mucho admitirlo. ¿Lo único que me consuela? Sabes que sigo ahí por ti, lo tienes "presente" como me dijiste... 
No sé... Es extraño. Una parte de mi se alegra de saber que no te irás pero la otra no termina de asumir que aún no puedes volver a estar conmigo porque seguirás sin sentirte cómodo y, además, la distancia sigue aumentando.

El puto silencio es el que lo jode todo.

Necesito que el tiempo pase para saber si volveré a ser tu pequeño mundo o no... Lo necesito. Pero ahora, no puedo pedir más. Por ahora quédate... Mañana, el tiempo dirá.

Quizás, la esperanza, o algo así, vuelve a mi.


Nunca me cansaré de decírtelo... Te quiero.


10 de septiembre de 2013

Vienes y vas



Mi vida, de pronto vuelves y me mandas un mensaje como si no pasara nada... Como si no hubiera alguien que te espera aquí cada dichoso día. No lo entiendo... Pides espacio y vuelves, pides que te deje y vuelves... ¿Qué juego es este? ¿Dónde me he perdido? ¿Cuándo decidí incluirme..? Bueno, sí... Quizás cuando, como una estúpida, caigo, te hablo y me odio un poquito más al no poder resistirme a esa dichosa sonrisa que aparece por mi mente cada vez que me hablas, como si todo estuviera bien...

Qué maldita debilidad tengo contigo. No sé cómo consigues eso conmigo.

Muchos pueden criticarte y, a veces, no están faltos de razón. 
¿Cómo puedo estar tan normal? 
Sinceramente, hasta yo, he llegado a preguntarme por qué no soy capaz de hacer como si no hubieses decidido mandar un mensaje... Supongo que me mueve el saber que me necesitas aunque no me lo grites. Desde el principio me necesitaste y ahora, no, no iba a ser diferente.
No sé... Es extraño pero no puedo evitar ponerme nerviosa cada vez que aparece un recuadro en el que dice que Tú me has hablado, en el que siento que te has acordado de mi y has dejado parte de tu orgullo atrás para al menos dedicarme unos minutos  porque pasé por tu mente, porque quieres saber algo de mi...
Me pongo nerviosa como al principio de conocerte, como esas ganas locas de contestarte para seguir hablando contigo porque era algo que ya, en su momento, me hacía feliz... 
Sí, feliz... Cual cría.
Y yo, no pienso amargarme, no pienso preguntar por qué vienes y vas... Solo quiero pasar contigo el mayor tiempo posible... Solo eso. Quiero esa sensación de felicidad aunque sea un breve periodo de tiempo pero te puedo asegurar que quizás me hablas 5 minutos pero me alegras el resto del día, sea cuando sea, siempre.

Como si no pasara nada... 
Y todo porque sabes que sigo aquí, por mucho que duela, pero por ti.
Y porque yo sé que, pese a todo, sigues queriéndome, más o menos, pero me quieres.

PD: Te quiero.



9 de septiembre de 2013

Diálogos sobre ti


- Te quería, ¿lo sabes?

* Lo siento...

- Pero aún hay algo peor.

*¿El qué?

- Te quiero todavía.

*¿A pesar de todo?

- A pesar de todo. A pesar del tiempo que pasa sin saber de ti, a pesar de cada lágrima que he derramado, a pesar de que me dejaras sin poder hacer nada, a pesar de que ya no habláramos cada día, a pesar de que yo he pasado a ser algo en segundo plano en tu vida, a pesar de haber roto cada promesa que me hiciste, a pesar de haberte ido de mi lado de la noche a la mañana, a pesar de tratarme como una más, a pesar de no tener ningún detalle como antes los tenías, a pesar de que estés en la otra punta y cada día sienta que la distancia aumenta, a pesar de tus malas formas, a pesar de tus pocas ganas de todo e incluso de mi, a pesar de que me dijeras que quizás tú no eras lo mejor para mi, a pesar de que pensaras que todo lo bueno que hago por ti no lo merecías, a pesar de seguir aquí sin saber cuánto más deba pasar sin la certeza de si volverás o te marcharás para siempre. 
A pesar de todo eso, todo, te quiero como siempre.

* ....

- Aunque no digas nada te preguntarás, ¿por qué? Porque apareciste hace tiempo y me hiciste sacar una sonrisa cuando más lo necesité, cuando no recordaba ya qué era eso, porque me animaste en los peores momentos y estabas dispuesto a hacerme feliz cuando las cicatrices no me dejaban confiar en nadie, porque viniste a mi vida para hacerla cada día que pasaba un poco mejor, porque me hacías feliz, porque siempre tenías las palabras exactas que necesitaba, porque una llamada tuya era lo que más me alegraba el día, porque el sentirte cerca me daba fuerzas para seguir aquí con esas ganas locas de comerte a besos. 
Porque hiciste que confiara en mi, en nosotros, en un futuro juntos, porque me di cuenta de que te habías convertido en lo más importante de mi vida, porque no podía sacarte de mi cabeza y ni siquiera ahora puedo, porque echo de menos cada detalle de ti, porque necesito verte sonreír, porque fuiste la persona con la que aprendí todo del amor aunque fuera a distancia, porque aunque no fueras el primero, sí fuiste mi primer amor, porque quizás no fuiste mi primer beso pero sí el único que realmente sentí, porque tu mirada me hacía temblar, porque tu voz me calmaba el llanto, porque siempre me quedaba pensando qué harás, dónde o con quién estarás, porque podía contarte todos mis secretos, porque podía hacer tonterías y aun así me seguías queriendo como nadie me había querido antes, porque te metiste tanto en mi vida que la dejaste irreconociblemente bien, porque me aguantabas hasta quedarme dormida y me escribías cada mañana un simple "Buenos días mi niña" para que fuera lo primero que leyera al despertar, porque me decías que incluso mis defectos eran virtudes, porque siempre quería celebrar lo bien que estábamos juntos, porque nos prometíamos un "Siempre" que sabíamos que probablemente no se cumpliría pero duraría muchísimo tiempo y valdría la pena, porque no sé lo que quiero pero sí que lo quiero solo contigo, porque la casualidad más bonita de mi vida fuiste tú, porque daría cualquier cosa por ti, porque dejaría todo si me dijeras que me necesitas ya a tu lado, porque me iría a vivir donde fuera si así pudiera estar contigo, porque vales la pena, porque vales el tiempo, las risas, los sueños, las palabras, las renuncias, los cambios, porque vales cada momento, porque me importas de verdad. 
Porque yo no le llamaría celos a lo que siento sino impotencia de saber que estás en otro lugar donde no puedo estar contigo abrazándote, cuidándote, protegiéndote, calmándote, porque no son celos sino saber que otras personas pueden verte sonreír, pueden mirarte a los ojos y perderse, pueden reír a tu lado, pueden escuchar tu voz y porque mientras yo, no tengo eso, no tengo nada de eso cada momento que pasa, porque es impotencia de no poder estar contigo a pesar de que siempre estaré esperándote solo a ti, porque quiero hacerte feliz, porque te quiero, porque te adoro, porque te necesito cada día de mi vida, porque quiero ser esa persona con la que ansías estar, porque no quiero hacerte daño, porque quiero disfrutar cada momento de ti, porque quiero que mejoremos cada día juntos, aprendamos de los errores y no dudemos nunca, porque lo eres todo para mi, porque quiero dar lo mejor de mi por nosotros, porque simplemente pasó así y te elegí a ti... Porque la vida te puso ante mi y nunca quise renunciar a ti sin luchar cada dichoso día que pasaba... 
Porque me enamoraste y por eso, a pesar de todo, sigo aquí.

*....

- Pero, ¿sabes qué? Quizás llegaré a un punto en el que tu indiferencia me hunda tanto que deba rescatarme yo sola. Ya no serás tú el que me volverá a salvar como hiciste hace tiempo...Ya no volverás a ser tu aunque te siga queriendo más de lo que nunca pensé que querría a nadie, más de lo que me prometí a mi misma. Te di más de lo que tenía porque eras mi felicidad, ¿entiendes? Mi felicidad... La misma que ahora me hace daño y no hace nada para remediarlo... No quieres. Ya no quieres. No quieres que vea que me sigues queriendo porque tú y yo sabemos que lo sigues haciendo, no puedes negarlo, puede ser diferente... Puede ser lo que sea, pero me sigues queriendo porque he sido la única persona que ha dado absolutamente todo y más por ti, porque siempre te he defendido, porque te he cuidado, porque solo he tenido ojos para ti, porque eras lo más bonito en mi mundo, porque te sentías solo y ahí estaba, porque siempre intentaba verte lo antes posible, porque siempre tenía tiempo para ti, porque he tenido infinidad de detalles y porque te he amado y me he pasado las noches llorando por ti. Porque desde el principio te dije que sería yo quien más querría de los dos en esta relación y aún no me has demostrado lo contrario... Y he hecho cada cosa por ti, por nosotros porque lo sentía así y así actué. 
El problema es que puedes llegar a perderme y entonces te darás cuenta de que solo te hiciste daño a ti mismo porque te quedaste sin nadie a quien de verdad le importabas y quien de verdad te quería más de lo que unas palabras podían explicar.
Quizás, no sé cuándo, no sé con qué pretexto, no sé dónde... Un día te diga que te vayas, ese mismo día en el que te necesitaré más que nunca. Ese mismo día en el que seguiré enamorada perdida de ti y solamente de ti... Pero qué más da... 
Sabes que si eres tú, aunque pase el tiempo, nunca será tarde. 
Y qué putada que sea así, ¿no crees?

* ....

- Sinceramente, ya no me esperaba otra respuesta. Hasta otro día.



Pensamientos así... Acabarán conmigo. Mientras, los dejo aquí plasmados, por si en algún momento cruzo tu mente y decides ver este mundo (¿guardarías la dirección de este espacio aquel día?), del que siempre te aparté al principio, para que nunca supieras hasta qué punto te he querido y te quiero. No quería sufrir, no quería que tú, esa persona que tendría TODA mi confianza si le dejaba ver esta parte de mi, me fallara. No quería más dolor... No quería más llanto... Pero si lo lees, este blog quizás no empezó por ti, pero te prometo que fuiste la razón por la que escribía conforme pasaron los días desde aquel 2 de Abril de 2012 en el que te vi.

PD: ¿Recuerdas? Te quiero  


8 de septiembre de 2013

Mensajes sin sentido


La última carta que le envié con la mitad de algo, de un todo, especial para mi, junto con una foto nuestra y una llave del candado donde guardábamos nuestros recuerdos, se extravió. Desconozco su paradero... Ahí decía que sería la última carta que le dedicaría junto a aquellas 3 cosas tan importantes para mí y llegaría el 14 de Agosto, donde hubiésemos hecho un año en el que habríamos sido todo el uno para el otro. Donde todo comenzó, donde sentí por primera vez cómo el primer beso se puede llegar a dar con los ojos y lo cálido que podía ser el segundo en tus labios.
Es increíble... La carta en la que decía que así cerraría parte de lo nuestro nunca llegó a sus manos... 
Supongo que, una vez más, todo ocurre por algo.

Este fue el último mensaje hablando de sentimientos que Él leyó, hace poco, tras el 1 de septiembre haberle dicho cuánto le quería ya que era nuestra fecha...¿Cómo decías..? "Oficial" ya que decidiste que era tan importante para ti, que de no querer tener una etiqueta como "novios" pasaste a querer que fuera solo tuya, con etiqueta o no, aquel 1 de Noviembre de 2012.
Días atrás te había dicho que intentaría hacer todo lo posible para no dedicarte líneas, para no demostrarte cuánto te quería ya que parecía que no le dabas la más mínima importancia... 
Pero una vez más, fallé.


"Peque, visto lo visto, lo de no te demostraré y no haré ciertas cosas...Me lo paso un poco por ahí si es para decirte cuánto te quiero y las ganas que tengo de tenerte, mi niño. Sinceramente, nunca sabré qué has hecho conmigo para que yo esté así por ti aun viendo cómo están las cosas, tan frías entre nosotros... Pero no puedo evitarlo, recordar todo lo bueno y lo especial que eres para mi me hace seguir aquí y, como bien me dijiste a mi una vez, personas como tú no hay o hay muy pocas y yo ya tengo suficiente miedo a perderte conforme pasan los días. No sé si es por quererte de más o qué pero siento que poco a poco te estás apartando de mi vida y nunca he querido ni quiero eso. Creo que eres de las pocas personas que nunca querría que desaparecieran. ¡Si es que eres lo mas bonito! Ojalá tuvieras tú también la manía de quererme tanto como yo te quiero pero es algo que nunca sabré y... Espérame por favor, sé que tú no me dirás "espérame" o bueno, sí, me lo dijiste varias veces, entonces yo también puedo decírtelo, ¿no?
Te guste o no Mimi sigue siendo solo tuya (hasta que te canses de mi o de cosas así y me mandes a la shit, pero no pienso dejar que olvides que te adoro o, bueno, así lees de vez en cuando y qué mejor que a mi). 
Quiero poder hacerte feliz, mi vida, y que te apoyes en mi y cuidar de ti y... ¡De todo! 
No sé... Gracias por aguantarme mi pequeña preciosidad, te quiero, muchísimo."


¿Tu respuesta? 
De nuevo, un vacío. Como en cada mensaje que he podido dejarte diciéndote cuánto te quería, cuánto te echaba de menos, cuánto te necesitaba o pensaba simplemente en ti... No sé, es lo que tiene enamorarse de alguien, al menos para mi. Aunque a veces, quizás solo una, recibí unas breves líneas en las que me respondiste de las que solo me fijé en ese "Te quiero". Y vuelta al vacío. 
Pero ese día ya no fue así...
Aquel día hubo un inicio de conversación que no mencionaba nada del mensaje y que, al día siguiente, tras preguntarte si bajabas a mi ciudad y me dijeras que no, que a qué se debía aquella pregunta y responderte que lo había pensado durante la noche, te callaste. Al comentarte otra idea, familiar, en la que mi hermano se iría con su novia unos días a Madrid y si encontraba trabajo se quedaría con ella pero, cómo no, no respondiste... Pasaron las horas, te dije que ya no hablabas y recibí la contestación que siempre temí... Un simple:

"Déjame en paz"

Si supieras lo doloroso que fue leer aquella línea una y otra vez y no encontrarle sentido alguno... Lo doloroso que fue recordar cuando se lo decías a tu ex, porque nunca sabía cuál era su sitio pese a no haber sabido quererte como merecías y, mientras, yo te decía que habías hecho bien... Supongo que verme reflejada en aquella situación fue algo que odié y odié cada segundo que pasaba. Me odié.

¿Me habías llegado a comparar con ella? 

No lo sé, nunca lo sabré, pero desde entonces, no has vuelto.

Aquel día, lloré, como hacía días que no lloraba. Con la ansiedad de siempre. Sin saber cómo parar. Sin poder hacer nada y sintiendo la impotencia de siempre. Y quizás deba ser así, quizás es cierto eso y no volverás. Quizás realmente quieres que desaparezca...
¿Te dejará tu orgullo hablar algún día? 
¿Dedicarme líneas?
¿Dedicarme tiempo?

Tengo la sensación de que seguirán pasando los días... Sin una mísera palabra de ti...


Hace unos meses era tu vida, lo más importante para ti... 
¿Me recuerdas?


Cartas y sentimientos


Dejaré aquí un escrito, de lo más reciente que sus ojos leyeron y donde expresaba parte de lo que sentía... Todo no, en aquellos días no era capaz. Sigo siendo incapaz.

" Peque, siento esto pero ahora vendrá una pequeña biblia… Espero que seas capaz de aguantar.
Supongo que llega un momento en el que hay que soltar lo que se siente sin más y bueno a ver qué sale, no me he parado a pensar qué decir exactamente así que quizás hay ideas que surgen sin más.

Mi vida, has sido y eres lo mejor que ha podido pasarme en todo este tiempo, me has hecho saber lo que es ser feliz, lo que es volver a creer y a confiar en alguien sin miedo, lo que es sonreír sin que nada más importe, lo bien que se empieza un día con un “Buenos días mi niña”, lo bonito que es viajar para ver a quien más quieres y bajar del avión y tener un mensaje diciendo lo poco que queda para vernos y las ansias que tienes, ir a la salida y bajar las escaleras y recibir otro mensaje con un “Ya te veo por fin mi niña” y llegar y besarte y abrazarte para romperte de las ganas de estar, por fin a tu lado, lo bien que sienta una noche de guerra (grr), abrazos, besos, dormir abrazados y que termines en el sitio VIP,  despertar por la mañana y verte a mi lado y quedarme embobada mirándote con cara de tonta para volverte a abrazar y que te despiertes solo para darme un beso y volver a dormirte con esa cara tan bonita que tienes, hacer un pudin en la cocina o lavar los platos mientras te entretienes con las niñas, pasear a tu lado sin saber a dónde ir, cogerte de la mano al conducir, darte mimos, besarme en el coche en plena carretera de vuelta de noche cuando más vacía está, pararte antes de llegar a tu casa para volver a besarme, entretenernos en la habitación de abajo porque tenemos ganas el uno del otro, ir por el pasillo y pararte para abrazarte, verte en la ducha con cara de tonto con la espuma, verte tumbado en el sofá y que al verme abras los brazos para que ocupe mi sito, escucharte decir “Mimi” o “Te quiero” susurrándome era algo que me hacía sentir demasiado especial cuando menos lo esperaba… 
Y, cuando estábamos lejos, te sentía cerca, sentía que tú eras suficiente para mí, que con pocas palabras me hacías sentir capaz de todo, aguantaba el día con mensajes tuyos y porque sabía  que cuando llegara la noche tendría una llamada tuya y una sonrisa por una cámara que iba y venía por el internet asqueroso pero eran, al fin y al cabo… Nuestras cosas. Y me faltan muchos detalles más pero creo que a este paso me puedes matar si es que has sido capaz de llegar hasta aquí.

Te quiero muchísimo y creo que es algo que ya te he demostrado y sabes de sobra pero pesa un poco esto… Siento que te hago daño con cada palabra, que tengo la culpa de muchas cosas, que quizás podrías haber aguantado más si hubiese sido suficiente para ti, si hubiese dado más de mi o si quizás hubiese cambiado a tiempo cosas que no te gustaban de mí…. Que quizás, para mi eres lo mejor pero que, tal vez, yo para ti no o quizás no de la misma forma porque tenemos formas diferentes de querer… No sé.

Me duele no poder disfrutar de ti, no poder coger y abrazarte sin más en la cama mientras estamos callados, total, muchas veces no nos hacía falta hablar. Me encantaría mimarte y hacerte sentir bien pero creo que cada día soy un poco más incapaz… Siento que la he cagado mucho contigo, con nosotros, por no asumir que a veces querer tanto sigue sin ser suficiente, por resignarme a que, como dijiste, nuestros caminos se han separado y que tal vez hay o no una segunda oportunidad para nosotros con el tiempo.

Ya sabes, en su momento, veíamos un futuro que cada vez se puso más borroso por situaciones que no dependían de nosotros y ojalá, ojalá hubiese podido hacer más por estar a tu lado cuando más me has necesitado, ojalá pudiera haber hecho cualquier cosa para que no te sintieras solo aun teniéndome, ojalá…

Espero con el tiempo no arrepentirme nunca de haberme enamorado de ti o el haber aprendido a querer dándolo todo porque no ha sido posible que sigamos juntos. 

Ojalá no hubiera daños en todo esto, ni culpables ni nada, ni que tuvieras que aguantar tanto tu solo porque ya no hay un “nosotros” y solo un tú y yo independiente, en que solo sois tú junto con tus cosas y veo que… Tal vez te canses de mí, de todo esto, de tanto sentimentalismo que expreso pero en este tiempo solo me he dado cuenta de la falta me haces cada día, con pequeños detalles, lo mucho que llego a pensar en ti y lo mucho que te echo de menos.

Pienso en volver a verte feliz a mi lado porque la última vez vi que no podía hacer nada porque no sabía cómo estabas realmente, no serví en aquella ocasión, podía hacer poco para animarte, para hacerte reír pero me sentí impotente al no saber qué pensabas y sentías…De verdad que lo siento…
Quiero que seas feliz y si no es conmigo, no te diré que quiero que seas feliz con otra… Sería imposible para mí decirte eso y si fuera así al menos que se lo curre más que yo porque muy pocas darían y lucharían tanto en tan poco. Y lo siento y si queda feo pero valgo mucho la pena…
Tú mismo era quien me lo decías pese a que siempre quise negártelo...

Pero no, me da igual, prefiero un tú y yo como sea, sin saber qué hacer, en la cama, en el sofá, por la calle, en la ducha, con nuestras tonterías, y ya está… Y me jode ver cómo quizás puede que en casi dos meses haya cambiado lo que sientes, que ya no sea tan necesaria en tu día a día, que ya no echas de menos llamadas conmigo, tiempo que compartíamos, el saber todo el uno del otro, el hablar siempre…O quizás detalles tan tontos como un “muaaa mi vida” cuando nos quedábamos callados o había pasado un rato en el que no hablábamos. Siento que todo eso ha quedado, en parte, atrás por la situación y por todo…

Y, dejando a un lado el tema familiar, después de todo lo que hemos pasado no merecemos estar así, a la mínima parece que discutimos y cómo no, me da por pensar de más porque no sé qué se te pasa por la cabeza con respecto a mí, no sé si me echas de menos, si me necesitas, si piensas en mi, si me recuerdas, si tienes ganas de verme… No sé nada porque no exteriorizas, porque dices que nunca lo has hecho cuando eso no es verdad. Siempre me decías qué sentías por mí, decías que yo te había cambiado en eso, que te salía solo decirme las cosas, si te tenías que poner “celosillo” lo hacías, si tenías que picarte o decirme que me echabas de menos, que me querías, que pensabas en mi, que tenías unas ganas locas de compartir tu tiempo conmigo, que tenías ganas de sentirme cerca, a tu lado... No dudabas en hacerlo… Y encima yo, al no ver nada, me pongo en modo gilipollas porque intento seguir aquí, demostrándote que sigo pensando solo en ti y que no me importa el resto y me molesta ver que todo lo que escribías, todas aquellas palabras que decías parecen ser solo las típicas de cuando tienes pareja mientras que para mí siempre significaron algo más…Para mí, cada palabra que te decía era única, real. Supongo que todo lo que te escribía no cambiaba pasara lo que pasara pero ahora parece ser que solo hay por tu parte recuerdos y un mote cariñoso como puede ser “Peque” y poco más porque me quieres y no lo dudo, pero quizás ya es diferente, ya no haces nada para que quiera sentirme algo, por poco que sea, especial para ti… 
Y es muy jodido porque yo veo tu parte, sí, pero la mía… ¿La ves?

Aiis… Quería ir en septiembre y cuidarte a pesar de que dices que no te lo mereces por todo lo que has hecho, porque esta situación que pasamos ha surgido por ti…  
Siento resignarme a la idea de que lo mejor de mi vida coja la vía rápida y me deje apartada, ya no de su familia, sino poco a poco de él también… Eres mi pequeña preciosidad y el 90% de todo lo que pasa por mi cabeza, mi pequeño mundo y mi vida porque simplemente es así y no puedo hacer otra cosa que decírtelo, no te voy a mentir ni pienso fingir.

Siento de nuevo los malos días que te causo y no ser capaz de seguir tan fácilmente sin ti, de verdad que siento ser tan cría en esto… Pero odio no poder hacer nada mientras veo que poco a poco te vas y me quedo aquí sin poder hacer nada más que callar y esperar cosa que si es por ti, ya sabes que lo hago sin problema pero necesito también que pongas de tu parte y no dejes que todo lo malo pueda contigo.

No quiero desaparecer de tu vida ni que desaparezcas de la mía… Quizás deben pasar días sin saber el uno del otro o quizás… Yo que sé. Ya sabes que tu amiga no puedo ser, puedo estar ahí, que cuentes conmigo para todo, para desahogarte, para lo que sea, pero no me pidas que sea tu amiga…  Incluso tú sabes que no podría serlo. Te quiero demasiado como para serlo porque he estado contigo y he visto que eras todo lo que yo quería.

Por favor, recuerda siempre lo bueno peque… Lo feliz que hemos sido y lo mucho que te quiero y te echo de menos aunque no te lo diga ya cada día por no querer sentir que soy una molestia a pesar de haber roto mi promesa de decirte "te quiero" cada día pasara lo que pasara… ¿La recuerdas? "Cada día tendrás un te quiero, pase lo que pase mi niño"
Supongo que es la primera promesa que rompo.

En fin… Resumiendo… Tuviste una novia muy tonta quizás pero una novia que te quiere más que nada y se tira escribiendo la biblia porque al parecer no tiene otra cosa mejor que hacer que pensar en ti todo el día.

Siento hacerte pasar por esto.
Siento ser así.

Te quiero, muchísimo."



1 de septiembre de 2013

Septiembre



¿Sabéis? Hoy pasó algo...

Me encontraba en mi casa, sola, no sabía por qué. Mis amigos me esperaban abajo y yo mientras me arreglaba para salir. De pronto, ellos vieron a alguien, un chico que se acercaba al portal de mi piso junto con un ramo de rosas rojas, 14 para ser exactos. Se extrañaron de aquello, su rostro les sonaba, no sabían dónde lo habían visto... Pero él no vivía aquí.
Una amiga me mandó un mensaje, "Ábreme, estoy abajo de tu casa".
Sin preguntar nada más, abrí, qué más daba.

Me miré por última vez al espejo, no sabía por qué pero ese día me veía mejor que ningún otro... Bueno no, me veía como cuando salía con Él, tenía una sonrisa que no se iba y un pequeño nerviosismo que recorría mi cuerpo. Iba a ser un día como cualquier otro...¿No?
Pegaron a la puerta, sin mirar para verla antes de entrar, abrí.
Hubo un silencio... Solo veía el cuerpo de alguien, sabía perfectamente de quién pero, no podía ser Él. No podía ser Él el que se encontrara detrás de ese gran ramo de rosas. Aún no le había visto el rostro, pero recordaba cada detalle de su cuerpo y ese espacio, entre sus brazos, que siempre ocupaba.
Se apartó el ramo del rostro, me miró y una gran sonrisa apareció.
Me quedé sin palabras... ¿Qué hacía Él allí? No podía ser verdad...
Después de dos meses sabiendo muy poco de Él, sin verle, apenas escuchándole... Seguía teniendo esa tentación de perderme en su cuerpo, de lanzarme a sus brazos, de besarle, de hacer que volviera aquel "nosotros" que tanto ansiaba.

- Hola, mi niña...
* ....
- Te preguntarás, qué hago aquí, supongo.
* Sí, pero...
- Shh pequeña, déjame a mi primero. He venido a decirte que me perdones por mi ausencia de todos estos días, por no haber estado cuando más me has necesitado, por haber roto mi promesa de hacerte lo más feliz posible, por no haberte demostrado cuánto te he echado de menos cada dichoso día que pasaba, por no haberte dedicado todo el tiempo del mundo, por no haberte llamado por las noches, por no haberte dicho cada día que pasaba que eres lo más bonito de mi pequeño mundo, mi vida, lo mejor que tengo. Lo quiero todo contigo, no me importa nada más y... Haré todo lo posible para recuperarte, para volver a enamorarte... Una vez lo hice, nunca sabré cómo, pero sí dándote todo aquello que mereces por haber estado ahí, cuando más te he necesitado a pesar de que yo estuviera tan distante...
Mi niña, mi vida, te quiero y sé que te he hecho demasiado daño, sé que no va a ser fácil pero pienso recuperarte. Por cierto, no me voy a ningún sitio, bueno sí, a tu lado, si me dejas...
* Peque...
- Por favor, perdóname. Deja que recupere todo este tiempo que hemos perdido solo por mi culpa...

Cogí el ramo y lo aparté, lo dejé sobre la mesa y le miré fijamente a los ojos, esos castaño oscuro que tanto me encantaba contemplar. Apareció en mi una sonrisa, no se iría, estaríamos juntos y volveríamos a aquellos días en los que en mi vida había una felicidad extraña, en los que un simple mensaje me ayudaba a seguir, tantas y tantas cosas que creí que no volvería, habían vuelto. Sin más.
Sonreí de aquella forma que creí olvidada.

* Te quiero mi niño y, ya sabías que esperaba cada día solo por ti...

Se acercó, me abrazó. Aquel abrazo tan cálido... Aquel lugar que solo era mío. Colocó su cabeza en mi hombro y noté cómo aún sonreía. Le recorrí el cuerpo con mis brazos, qué bien encajábamos el uno en los brazos del otro... Empecé a llorar y me apartó para quitarme el cabello del rostro y secarme las lágrimas.

- Mi niña, siempre te dije que estabas fea llorando... No me llores, no pienso irme. Te quiero.

Lloré más y más, esa sensación de que o sueltas todo o no sabes bien qué hacer pero entre sus brazos me calmé. Volvió a apartarme, me secó las mejillas y me besó una y otra, y otra vez.
Sus labios y esa forma nuestra de besar... Era demasiado perfecta.

- Menos mal que no llegué tarde...
* Para ti, nunca hubiese sido tarde, peque.
- No sabes la suerte que tengo de tenerte y que me quieras.
* No sabes lo feliz que me has hecho... Pero - dije con una sonrisa traviesa- te va a costar recuperarme, lo sabes, ¿no?
- No me importa, tengo el resto de días a partir de hoy para recuperarte.

Me volvió a besar con esa misma pasión de siempre, con esas mismas ganas de todo.

De pronto, escuché un cristal, algo se rompía en mi casa, me giré por el ruido y, cuando volví a mirar hacia aquella puerta donde Él estaba, ya no había nada...
Me desperté, entre las sábanas, con la misma soledad de siempre, sin nadie a mi lado. Miraba el móvil con la esperanza de ver algo, algo de Él, un "te quiero" en mitad de la noche, algo...
No había nada.
Y lloré, y lloré hasta quedarme de nuevo dormida.
Hasta querer regresar a ese dichoso sueño y no despertar...


Pero no pudo ser.

Llegó septiembre, ese maldito mes que quería que nunca apareciera en mi vida... No quiero saber nada de él, no tengo esperanzas para afrontarlo... Que, ¿por qué? Lo que más he querido en todo este tiempo y sigo despertándome cada mañana solo por Él tiene que decirme si se va o si se queda a mi lado...
No lo soporto.
No creo que elija quedarse dejando atrás a su familia que siempre fue un encanto para mi y yo, ¿qué puedo hacer? Nada, salvo esperar a que llegue el día en que me lo diga, el día en el que sepa que toda esta preciosa casualidad que una vez empezó, acaba.

Además... Hoy es 1... Otro mes, mi niño, estaríamos pasando juntos. Seguramente hubiese sido tan loca que me hubiera presentado allí en Barcelona para comerte a besos y para estar a tu lado, como fuera, donde fuera, pero solo contigo. Te echo de menos, muchísimo.


Te quiero, mi vida.