23 de diciembre de 2013

Quizás me entiendas


Hablo contigo y... Duele. Te siento tan distante que ya pesa demasiado. Siento que no eres capaz de decirme toda la verdad. No te siento bien, no estás bien, conmigo no.
Siempre acabas desconectando de todo, desconectando más de mi que de nadie más y sé que te es difícil abrirte ya a mi, que te has cerrado en banda, pero... No me mientas. Luego vendrás diciendo que estuviste fatal, que a mi no me buscaste.
No te hace falta buscarme para encontrarme. Siempre estoy ahí.

Hace unos días escribí las ganas de intentarnos que sigo teniendo pero, empiezo a pensar que todo está perdido desde hace mucho. Desde antes de querer seguir. Desde el momento en el que me dijiste "No quería dejarte y lo he hecho". Desde que decidiste renunciar a mi sin yo poder hacer nada.

Empiezo a no aguantar esto. Empiezo a ver que tanto querer conservar nuestra relación para volver si todo iba bien, porque nos queríamos, o tras ese intento fallido de ser "amigos", nos quedamos en desconconocidos después de haber vivido tanto juntos, después de tener tantos recuerdos y tantos buenos momentos que, si por mi fuera, seguiría por cada uno de ellos, no me importaría.
Creo que aquella promesa que hice va a tener que quedarse atrás. Un día, cuando menos lo esperes, seguramente ya aunque me busques no estaré, esa parte de mi no estará.
Necesito darme un tiempo. Necesito estar sola, ver si este tiempo ha merecido lo suficiente la pena o si al final tenías razón y no eres lo mejor para mi a pesar de siempre convencerte de que eras todo cuanto quería en mi vida. No tengo razones tuyas para quedarme, no tengo motivos porque no puedo depender ya solo de los mios, necesito que me des razones para quedarme si así lo quisieras, mientras, solo queda recordarte con cada detalle, solo pensarte y ver que si volviera todo aquello, todos aquellos momentos, seguiría ahí un día más por ti pero no se puede. No sé contra qué estoy luchando ya y tú no me quieres ahí, simplemente no me quieres ahí y yo no puedo obligarte a que desees que me quede. No aguanto seguir adelante con tu continuo rechazo aguantando esa dichosa frialdad con la que me hablas como si no hubiera significado apenas nada en tu vida, como si nunca me hubieras querido tanto como me prometías cada día. Me es imposible hacer nada más. No creo que nadie fuera capaz de inventar nada más. Lo di todo y quizás el año que viene de lo último que me queda, vivir allí, en Barcelona y quizás es un error, quizás aunque me vaya nada va a cambiar, pero sea por ti o por mi, pero es lo que me queda y algo pasará. Pero lo peor es ver que incluso esa idea que en otros días te hubiera hecho el chico más feliz, ahora no te la imaginas, ahora no la quieres, ahora me dices que no vas a estar conmigo ni aunque viviera allí, que es arriesgarse mucho, que ya no es lo mismo... 
Es triste darme cuenta de que ocultas muy bien lo que sientes o que simplemente todo eso es la verdad que te quedó después de este tiempo separados.

Un amigo, alguien que estuvo en muchos momentos, que estuvo en un inicio de relación conmigo que terminó en nada me dijo:
"Mi consejo, de verdad, es que te tomes un tiempo sola para reflexionar sobre el asunto y yo diría: hasta aquí. Todo tiene un límite. Tú no tienes por qué aguantar nada. El resto es PASADO, no te quedes en el pasado, quédate con el conjunto. Uno tiende a quedarse con lo bueno porque está enamorado pero cuando te quitas la venda también te das cuenta de lo otro. No todos tienen la misma visión de una relación. Tómate una vacaciones emocionales como ha hecho Él. Vales mucho y eso que se te quede grabado a fuego, por eso eres mi amiga, yo amigas banales, vacías y estúpidas no conservo. Pero que no pases por el aro de la gente, que tienes 19 años por dios. Que te queda mucho por vivir, que parece el fin de todo pero no. De verdad, te lo dice un amigo que te quiere.
Cortando con todo, aquí no hay medias tintas. Coge a las personas con las que empezar de nuevo, como si fuera una nueva vida. La fecha te viene que ni pintada y regálate tiempo a ti, a volver a aprender a amar de otra manera, tu manera. Imagínate el "Quién es quién", haz trampas , coge los muñecajos que quieras y quédate con ellos, los demás los guardas en la caja con el polvo.
Se analítica y emocional. Inténtalo de verdad. Sé que has pasado momentos muy buenos y eso esta muy bien, pero la vida tiene momentos de todo tipo, así que intenta crearte momentos nuevos, sin esas personas, lo mas buenos que puedas."

Hazme saber que no me equivoqué al elegirte, al quererte, al darlo todo por ti.
Hazme saber eso y que sigue valiendo la pena...
Si no quieres hacer nada ya  creo que empieza a ser hora de retirarse un tiempo después de hacer 6 meses desde que me dejaste, 6 meses desde que te rendiste por los dos y 6 meses en los que mi vida has seguido siendo solo tú porque te quiero de una forma en la que jamás tuve intención de querer por miedo a que me hicieras daño pero cómo cambiaste mi vida, cómo me hacías feliz y cómo me querías, me cegó.
Dejé entonces que me enseñaras a amarte y mírame, aquí sigo aunque para ti sea ya una tontería. 
Al final aguanté ese tiempo que me dijiste que no sería capaz, ese tiempo en el que tú sabías que ibas a explotar e ibas a abandonar, ese tiempo en el que tendrías más seguro si te quedarías conmigo...
Pero ya decidiste qué hacer, qué quieres conmigo y pese a saber que si una vez tuvimos algo, podría volver a pasar, aquí seguimos, como dijiste, con dos caminos que quizás con tiempo podrían volver a cruzarse pero lo dudo, lo dudo porque encontrarás a otra que ocupe ese lugar, mi lugar en tu vida. 
Lo sé, solo queda asumirlo.

Por todo esto no puedo seguir viendo cómo soy una más porque hice imposibles solo por ti, mi niño, no puedo seguir viendo cómo pasas de mi, cómo me ignoras, cómo no tienes ganas de nada relacionado conmigo, cómo me excluyes, cómo pones excusas que ya ni soy capaz de creer.
Siento tener la intención de retirarme. Siento empezar a pensar que es mejor dejarlo todo aquí. De verdad que lo intenté, lo mejor que pude, lo mejor que, sola, fui capaz.

Toca intentar centrarme en mi, por primera vez. Toca empezar el año como es debido. Toca empezar a vivir de alguna forma que no solo sea pensando continuamente en cómo estarás, en qué sentirás, en si te quedas o si te vas, en si me olvidas o aún te importo lo más mínimo. Toca vivir sin mirar solo en ti olvidándome a mi por completo. Toca empezar de nuevo.
No sé si alguna vez pensarás en todo lo que has perdido al dejarme ir, porque pese a todo sé que te hubiera hecho muy feliz si hubieses querido continuar a mi lado, pero fuiste tú quien me gritó que me fuera sin tener la necesidad de alzar la voz. A veces esos son los gritos más importantes.

En este tiempo me he dado cuenta de lo que soy capaz de querer, de todo lo que puedo dar, de todo lo que puedo aguantar sin nada, de todo lo que me puedo desvivir por alguien e incluso de lo feliz que alguien puede ser a mi lado.

Si acabo yéndome del todo, si eso ocurre, recuerda que yo siempre quise seguir y solo me ponías barreras por lo que todo esto, es por ti y no por mi.
Tú lo decidiste así.
El tiempo dirá.
O intentará mentir.

Algún día, si lees todo esto, quizás me entiendas, porque yo no. 
No quiero que me dejes marchar, no quiero perderte del todo, no quiero que seas un extraño, no quiero sentir que pereció mentira, no quiero sentir que no puedo volver a confiar en ti...

Te quiero, muchísimo, mi vida.

Ojalá te dieras cuenta del error que estás cometiendo... Ojalá, antes de que sea demasiado tarde para esto  para ti, para mi, para nosotros.


P.D:Tu último te quiero, fue allá por septiembre, cuando aún tenía sentido para ti. Me dijiste que aguantara a ver si mejoraba...ya ves, aguanté mientras decías que me querías sin necesidad de que hiciera nada porque ya te había dado todo, mi niño. 
Te echo de menos. No sé qué más te podría decir.

22 de diciembre de 2013

Aún queda la locura de intentarnos



Me paso los días echándote de menos. Echándonos de menos. No sé cómo puedo adoptar esa filosofía que has tomado con respecto a lo nuestro. ¿Cómo dejo de quererte? ¿Cómo dejo de escribirte? ¿Cómo dejo de pensar en ti? No alcanzo a saber qué debo hacer contigo. Se me pasan demasiadas locuras por la mente.

¿Y si nos volvemos a intentar?

¿Y si volvemos a hacernos felices? ¿Y si volvemos a conocernos? ¿Y si dejamos de pensar en qué pasará y nos centramos en el ahora? ¿Y si vuelves a quererme como a nadie? ¿Y si decidimos dejar toda la mierda que se acumula en nuestra vida atrás y empezar de cero?

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas pero quizás la nuestra pueda ser diferente. Quizás cuando pronunciaron aquellas palabras, nuestra historia no había surgido. Quizás nosotros podemos escribir una segunda parte que siempre merezca la pena, ¿no? Es cuestión de intentarlo. Intentarlo si me quieres... Intentarlo si sigo siendo solo yo.


Estas fechas son muy malas... 

Te echo de menos. Demasiado.


21 de diciembre de 2013

¿A la baja o ya no queda nada?


Han vuelto a pasar rápido dos semanas que lleva sin pronunciar ni una simple palabra. Sí, desde que para mí, la lió. No sé en qué piensa cuando deja pasar todo el tiempo posible. Y, por favor, que no venga contándome la vieja historia de que no tiene tiempo para hablar conmigo... Sé que tiene tiempo para todos. No se tarda nada en iniciar una conversación con alguien... Si no quiere hablarme, perfecto. No pienso ir a buscarle... Le llevo buscando durante unos 6 meses y no ha vuelto, no ha aparecido y visto lo visto, le da igual acabar perdiéndome. Supongo que no valgo tanto como decía ni como amiga ni como novia.

Supongo que lo veía venir. Eso de que me quedara esperando aquí como una imbécil a que regresara porque quise y porque me lo pidió. Porque le quería más de lo que nunca pude haber imaginado.
Explotó demasiado pronto esta historia y aún saco esperanzas de a saber dónde. En cuanto me dice que quién sabe, que si ya estuvimos juntos una vez puede volver a pasar, se me nubla la vista y me vuelven todas aquellas viejas ilusiones.

¿Cuándo voy a aprender?

A veces pienso que ya otra estará ocupando ese sitio del que me apartó Él. A veces pienso que ya tiene a otra a quien hablar hasta altas horas hasta que le pesa incluso la despedida, otra con quien sonríe, otra a la que le manda esos mensajes que solo decía mandarme a mi porque le salían todas aquellas cosas bonitas sin darse cuenta, otra con quien pasar las tardes, otra con la que simplemente habla y con la que pasa el tiempo tan rápido que no se da cuenta,sí, aquello que ocurría conmigo. 
A veces pienso que, tal vez, ya es tarde para volver a confiar en todo aquello que en ocasiones me hace sonreír como una completa gilipollas. A veces pienso que.... Quizás se acuerda de mi y no lo demuestra pero, si fuera así ¿por qué no puede demostrar algo? O tal vez es mejor pensar... ¿Por qué cojones me engaño tan fácilmente? ¿Será por todo lo que le sigo queriendo?

No sé cómo llegué a seguir a cambio de nada. Tal vez sea eso de que cuando quieres a alguien lo das todo y, es una putada. No le perdono todo esto. No le perdono que vuelva, desordene mi vida más de lo desordenada que ya la dejó y se vaya. Lo suyo parece solo turismo emocional. Viene de visita y a la mínima, se va sin pensar cómo puedo sentirme. ¿Alguna vez en este tiempo que no llevamos juntos se ha parado a pensar que en mi vida están pasando cosas en las que le necesito? ¿Alguna vez ha pensado en cómo puedo estar? ¿Alguna vez ha pensado que soy la única chica dispuesta a todo solo por Él? ¿Alguna vez en este tiempo ha vuelto a pensar en mi como aquello que buscaba y encontró y dejó ir? ¿Alguna vez recuerda lo feliz que era a mi lado? ¿Alguna vez nos recuerda? ¿Alguna vez piensa que a mi lado todo podría ser mejor? ¿Alguna vez piensa....Solo en mi?

A estas horas de la mañana, solo veo una pantalla. Su conexión y vacío. Nada.
Ya no me resulta raro nada de esto. Hace tiempo quise que nunca me dejara acostumbrarme a Él. Me dejó, me acostumbré sin darme cuenta, algo hacía que solo pudiera verlo a Él porque el resto del mundo dejaba de existir y, de pronto, un día, desapareció. Hizo las maletas con todos los recuerdos y momentos que compartimos y se fue. No volví a saber nada de aquel chico que tanto me quería pese a todos mis esfuerzos. Sigo sin saber nada y si alguna vez supe de Él, fueron ideas sin sentido, lo superficial. Antes de todo esto era un libro abierto para mi, sabía qué sentía, qué pensaba, qué pasaba por esa dichosa cabeza. Hoy por hoy, ese libro quedó cerrado, con cadenas y un candado del que solo Él tiene la llave porque a mi ya me la quitó. 

Para qué molestarme a estas alturas. Me duele que no vea que estoy aquí esperando algo y lo peor parece ser que no me conoce después de tanto. No quiero dudar de lo que sintió pero, cuando has querido tanto... Si la otra persona ha correspondido, ha estado ahí, te ha cuidado, te ha hecho feliz, te ha respetado, te ha sido fiel, lo ha dado todo, ha arreglado mil cosas, te ha apoyado, te ha querido como a nadie, no tiene culpa de nada del exterior y solo piensa en tu bienestar... ¿Cómo la dejas atrás? ¿Cómo? ¿Tan fácil es renunciar?

En serio... Esa pregunta aún pasa por mi cabeza. Algún día tal vez le de respuesta pero para entonces, seguramente, todo habrá cambiado y no haya la más mínima posibilidad de volver atrás.
Pero supongo que a estas alturas, le da igual. Quién sabe. Preferiría creer que no.

¿Recuerdas? Me dijiste que no sabía esperarte. Que necesitabas tiempo, que volverías, me buscarías. ¿Piensas volver? Si me necesitas, si de verdad me quieres, si te importo, aquí estaré. 
Supongo que, te quiero. 
¿Y tú? ¿A la baja o ya no queda nada? 



20 de diciembre de 2013

No sé dónde escribir(te)

Te escribo aquí lo poco que mi cabeza ha guardado estos días. No creo que sea capaz de escribirte esto para no obtener respuesta... Necesito por una vez dejar el orgullo delante porque siempre acabo cediendo yo y que tú no logres ver qué has hecho mal, qué me ha hecho daño. Estoy cansada. Cansada de "Peque, lo siento por todo" para volver a caer en lo mismo, creerte y que todo siempre vaya a peor. Me cansé de las palabras que no demuestran nada...No puedo, me puede y no es justo. 
Y tal vez ya no me veo capaz de decirte "felices fiestas" con una sonrisa de esas que tanto te gustaban. Hoy al menos no y lo peor de estos días es que no he parado de soñar contigo, incluso tres veces en la misma noche... Eso de despertarme de un sueño en el que te tengo como antes, no se me da demasiado bien. Acabo buscándote en mi cama, en el que sería tu sitio. Soy imbécil peque, lo sé. 


No esperes a estas alturas otra cosa de mi... Ya cambiaré. Todos cambiamos. Los sentimientos cambiarán porque al igual que tú pudiste queriéndome con locura y con ese miedo que tenías a perderme.... Tal vez, algún día, yo también lo logre aunque no está dentro de mis planes, no quiero dejar de quererte pero si eso pasa, será cuando deje de escribirte. Le tengo miedo a eso, mucho miedo. Solo te diré una cosa, si decides regresar, cierra la puerta. Empieza a hacer demasiado frío sin ti. Aun hoy, después de casi seis meses esperándote, sigo necesitándote solo a ti, sigo pensando solo en ti, sigo queriendo hacerte feliz solo a ti... No sé... Sigues siendo tú tan solo para mi.

18 de diciembre de 2013

Felices fiestas para ti



Mi niño, pasa muy buenas fiestas. Recuerda los buenos momentos para cerrar este año, mejores momentos te esperan en el siguiente. Algo me lo dice. Las cosas van a mejorar como siempre te había dicho. Disfruta estos días, disfruta siempre con una sonrisa, disfruta con tus amigos, con tu familia... 
Simplemente disfruta.

Feliz navidad y feliz año, peque. De corazón. 
Se lo más feliz que puedas, con quien decidas.

Y... Dejando a un lado lo desastroso de este año te diré que gracias por haber conseguido hacerme la chica más feliz durante la mitad de todo este año 2013. Gracias por haber aparecido en mi vida y ser lo más importante que he llegado a tener y ser el primer chico del que me enamoré y al que quiero locamente y por el que quiero darlo todo y ser mejor cada día un poco más. Gracias por cada risa, por cada te quiero, por cada vez que me recogías del aeropuerto, por las veces que me veías y se te quedaba esa cara de tonto que hacía que te perdieras un poco más en mi, gracias por tus sonrisas, por las veces que nos tentábamos entre las sábanas, gracias por esos paseos, gracias por enseñarme tu vida, gracias por esos días que nunca quería que acabaran, gracias por esos viajes en coche en los que antes de arrancar me comías a besos, gracias por valorarme en aquellos días, gracias por cuidarme tanto, gracias por pararme la llorera con un simple "Peque... así estás fea" y hacer que una sonrisa apareciera al instante. Gracias por hacer de mi vida algo mejor. Gracias por no haberme dejado sola cuando estábamos juntos, por haber estado ahí siempre que te necesité en aquel entonces. Gracias por tus palabras. Gracias por quitarme miedos. Gracias por hacerme creer que por fin era el momento de ser feliz y qué mejor que a tu lado. Gracias por tus abrazos, por hacer que fueras lo único que me alegraba el día. Gracias por ser la persona que más he necesitado. Gracias por haberme querido sin miedo. Gracias por haberte arriesgado. Gracias por esos besos que duraban horas. Gracias por esas tardes en el sofá disfrutando de una película a mi lado. Gracias por cada caricia. Gracias por esas cenas con velas. Gracias por abrazarme hasta quedarme dormida. Gracias por esos mensajes que tanto me alegraban el  día. Gracias por escucharme. Gracias por esas llamadas hasta las tantas de la noche y cumplir con los días (a duras penas) que te tocaba colgar a ti. Gracias por tus regalos. Gracias por haber luchado el tiempo que pudiste. Gracias por haberte convertido en la persona en quien más confiaba, Gracias por haberme sido fiel y haberme querido con locura.

En definitiva, gracias por ser el chico que tanto buscaba y que, sin pedirlo, apareció un día en mi vida y la consiguió hacer siempre mejor.
Gracias por todo. Gracias por ser tú.

Con respecto a mi, espero haber cumplido y haber sido, como tú decías, la chica que tanto querías. La chica que cumplía todo lo que podías buscar. Espero haberte hecho feliz todo este tiempo, todo el que me has dejado intentarlo. Espero que nunca te hayas sentido solo cuando estaba a tu lado. Espero haber sido la persona a la que sin duda acudías entonces. Espero que te gustara despertar aquellos días a mi lado o que te tentara en mitad de la noche con un simple beso. Espero haberte demostrado todo cada día. Espero haber sido cuanto esperabas. Espero haber hecho que te sintieras lo más querido posible. Espero haber hecho del tiempo que estuvimos juntos, uno de los mejores que recuerdes. Espero haber sido lo que necesitabas, espero que valiera la pena. Espero que recuerdes todo de mi. Espero tantas cosas... Es lo que tiene querer a alguien, esperas.
Y no sé... Tontamente espero que vuelvas aunque ya no deba. Aunque seguramente ya no lo vayas a hacer. No soy muy...Optimista para estas cosas. Siempre pensé que eras más de lo que yo podía tener y, supongo que nunca se sale muy bien de esas.

Y tal vez ya no me veo capaz de decirte "felices fiestas" con una sonrisa de esas que tanto te gustaban, quizás solo saldría una que cumpla y ya. Hoy al menos no y lo peor de estos días es que no he parado de soñar contigo. Eso de despertarme de un sueño en el que te tengo como antes, no se me da demasiado bien. Soy imbécil peque, lo sé. 

No esperes a estas alturas otra cosa de mi... Ya cambiaré. Todos cambiamos o eso dicen, supongo. Los sentimientos cambiarán porque al igual que tú pudiste queriéndome con locura y con ese miedo que tenías a perderme.... Tal vez, algún día, yo también lo logre aunque no está dentro de mis planes, no quiero dejar de quererte, te hice una promesa y también a mi, pero si eso pasa, será cuando deje de escribirte. Le tengo miedo a eso, mucho miedo. Solo te diré una cosa, si decides regresar, cierra la puerta. 

No lo olvides, aunque me resista a decirlo, aunque odie esta situación.
Te quiero. Simplemente, te quiero.


Enviando cartas


El domingo me decidí a escribirle una pequeña carta a la familia de Él. Para mí, han significado mucho en relativamente poco tiempo que hemos compartido... Pero bueno, soy así y así actué:


¡¡Sorpresa!!

Aquí vuelvo a escribiros, aunque igual, conforme siga, quizás acabe dirigiéndome más a ti que a ninguno, ojalá me perdonen. Supongo que son cosas que pasan, no me sale muy bien generalizar cuando escribo cartas, no estoy acostumbrada. 
Espero que no me hayáis olvidado estos meses a pesar de lo poco que me llegasteis a ver por allí pero, ya lo dije en su día, fuisteis y seguís siendo importantes para mí y, bueno, si no incomodó en julio mi carta felicitándote por tu cumpleaños, espero que esta no moleste tampoco. Al igual espero que me perdonen por no haber mandado ninguna otra felicitación… Solo sabía tu fecha de cumpleaños, el 28 de julio y en estas fechas también me pareció bien enviaros una pequeña carta o felicitación. 
Tenía ganas de volveros a escribir un poco, se os echa de menos aunque parezca mentira.
Antes de seguir…
¡Feliz navidad y feliz año 2014! 
Espero de corazón que estos días, y siempre, os vaya muy bien que os merecéis eso y más.

¿Os reuniréis con la familia? Si es así, seguro que haces algo de comer que estará riquísimo y un postre insuperable como es de esperar de ti. A este paso, tendré que pedirte recetas y todo aunque a saber qué saldría… Mejor que yo no experimente mucho(?). 
Me encantaría haber vuelto a veros. Subí el 30 de octubre unos 4 días, si no recuerdo mal, y me hubiese gustado haber sido capaz de decirle a Él que quería veros al menos un rato, pero tal vez hubiese sido un poco raro, quizás Él no hubiese querido porque no tenía mucho sentido o podríais haber pensado que para qué por el poco tiempo que me habéis conocido; tampoco lo sé y yo soy algo especialita para estas cosas así que, en fin, me quedé con las ganas… No me pareció bien irme sin decir nada aunque quizás en otra ocasión logre volver a veros porque ganas no faltan, de verdad, y no lo digo nunca por decir, Él lo sabe bien y que incluso sigo preguntándole por vosotros cada vez que puedo. 
Disfrutad muchísimo de estas fiestas porque espero que sigáis tan sonrientes y divertidos como la última vez que os vi. Siempre me hace sonreír cada momento que recuerdo con vosotros, todos tienen algo y todo gracias a que estabais allí para compartirlos, siempre hay una historia que contar de lo bien que me sentí allí. 
Por favor, seguid siempre así, como una gran familia que se apoya y sobre todo, vosotros dos, los pilares más importantes que puede tener. Pase lo que pase, seguid juntos. Los malos momentos pasan, las discusiones pueden quedar fuera de casa porque siempre habrá momentos mejores que compensen lo mal que puede haber ido un día o incluso mejorarlo si ya de por sí fue bueno y, qué mejor que compartirlo con aquellos que más queréis, disfrutando cada instante, teniendo más historias que contar, siempre merecerá la pena. Eso sí, os merecéis una escapada, un viaje y que podáis contar más cosas sobre los lugares que visitáis, me encantaría escuchar más cosas de vosotros.
He de decir que admiro realmente vuestra capacidad de seguir siempre juntos y muchas veces pienso que me gustaría que en mi familia hubiese estado también esa capacidad de seguir pase lo que pase, de apoyarse tanto dos personas que se quieren, de compensar cada momento, de sonreír siempre que sea posible, de disfrutar juntos, de cuidaros, de hablar cada cosa que surja, de confiar y de no aislarse de la única persona que puede ayudaros cuando peor estéis o sepa valorar los buenos momentos cada vez que los tenéis  pero, bueno, no todos son capaces porque no quieran, no puedan o no tengan esa gran suerte que  vosotros os habéis ganado con el tiempo. 
Seré muy pesada pero no me canso de decir que sois un encanto, cualquiera es capaz de verlo incluso en tan poco tiempo como yo. 
Ah, antes de que se me olvide, felicitad estas fiestas de mi parte también a su prima si no es molestia; al fin y al cabo, solo os conocí a vosotros en este tiempo y me gustaría que supiera que solo hizo falta una tarde para ver lo buena chica que es y que me gustaría también volver a verla en alguna ocasión y, por favor, agradecedle por ser tan simpática y abierta conmigo como fuisteis vosotros desde el principio. Valoro muchísimo esos detalles, nadie encuentra últimamente personas como vosotros. 
Pensé en mandaros un detalle a cada uno pero tampoco sabía vuestros gustos y si regalo, prefiero tener la certeza de que va a gustar. Soy un desastre para hacer regalos, me pasa como a Él, las fechas de regalar son difíciles para nosotros o eso parece. 
En fin, me despido ya volviendo a desearos unas felices fiestas y un buen final y comienzo de año que traerá, seguro, cosas mejores. Es cuestión de tiempo y la paciencia aquí es importante. 
Espero veros el año que viene ya que puede que pase más tiempo en Barcelona si todo va bien y si no, aquí tenéis vuestra casa (aunque es un piso muy pequeño como compare) si bajáis por aquí alguna vez. 
Cuidaos muchísimo y siento haberos entretenido tanto y, como dije, espero que no haya sido molestia leerme. 
¡Un abrazo! 


Esta fue la primera versión antes de enviarla aunque al final acabé cambiando cosas.... Pero ahí están mis intenciones. Es raro y creo que aquí no lo he dicho pero para mi fueron como una segunda familia... Me acogieron, me sentí muy bien al lado de ellos compartiendo pequeños momentos. Me recordaban a mi familia... Les cogí un cariño impresionante. Espero que siempre les vaya todo bien, se lo merecen, de corazón. 



¿Hacemos las maletas?


Hace tiempo le dije que quizás habían muchas posibilidades de que viviera por fin en Barcelona a lo que me respondió que no necesitaba nada. Dejando eso a un lado, cada día se hace más real... La búsqueda de piso junto con dos amigos no cesa. Tengo ganas de vivir allí, de cambiar de aires, de buscar independencia, de salir y entrar, de buscar trabajo, de vivir nuevas experiencias. Si echo la vista atrás recuerdo los quebraderos de cabeza por querer vivir en el mismo lugar o vivir simplemente juntos, ¿lo recordará? Era divertido pensar las situaciones en las que solo éramos nosotros y lo felices que se nos veía juntos. Recuerdo que no querías seguir viviendo en Barcelona, que querías irte, ¿y ahora? Quién sabe.

¿Que si Él formará parte de mi vida otra vez?

No lo sé, no hago más que decirle a la gente que le daría igual si vivo o no allí, no creo que ya me busque, se cansó. Yo sigo... No sé qué hago ya a estas alturas. Debería pensar como ya me dijo en una ocasión con una experiencia suya "¿Por qué sigues?". Aún no me entra esa frase en la cabeza y, en el momento que entra a ocupar un sitio en mi mente, intento reemplazarla lo máximo posible. No la quiero. Aún no...  Quizás debería empezar a pensar eso, quizás ya aquella "boxeadora" que iba a aguantar durante tanto, no pudo ni ganar porque la competición había cesado antes de dar el último golpe decisivo. Se suspendió.

Y bueno, ¿qué espero si al final todo sale bien y vivo en Barcelona? Pues creo que simplemente eso, vivir. Aprender a vivir de nuevo, sola o acompañada, feliz o infeliz, con o sin Él (ojalá con Él, para que veais qué estúpida puedo ser) pero, en definitiva, vivir. No quiero más.
Dejaría aquí a personas, familia, amigos, una vida pasada... Pero estoy cansada de vivir en tiempos que no me corresponden, en recuerdos que pesan más que las ganas de seguir un día más.

Quiero irme. Irme ya y que 2014, venga, se quede y me de sorpresas... Mejora esta mitad de año tan nefasta que he pasado, que estoy pasando. Cambia, por favor, como sea.

Quiero volver a ser feliz.
Y ya.

Si estuvieras tú, sería demasiado perfecto.


14 de diciembre de 2013

Fechas que se acercan


Hace un año que esperaba, ansiosa, porque llegaran estas fechas para poder tenerte y hacerte lo más feliz que fuera capaz. Conseguir verte, besarte, abrazarte... Me daba igual, iba a tenerte conmigo. Era feliz, te lo prometo y no consigo superar todo eso pese a que las ganas o las esperanzas han caído con cada lágrima que he llorado cada día que pasara. Incluso ahora.

Necesito esa capacidad que tú tienes de rendirte. Esa capacidad de cansarte, de decir "hasta aquí aguanto". Esa capacidad de seguir adelante sin alguien que prometías querer lócamente, sin alguien que en aquellos días decías que perder, era lo peor que podía pasarte. ¿Por qué tú puedes y yo no? Que venga alguien o tú mismo y me diga porqué yo no puedo ser capaz de hacer todo eso, joder. 
¿Vais a decirme que es porque yo le quiero más? ¿Porque no me quiso lo suficiente? ¿Qué vais a venir a contarme que no haya escuchado ya? ¿Qué vais a decirme que no haya sentido?

Creía que esta puta tortura acabaría pero se acerca fin de año. Un año que me prometieron sería diferente y, debo decir, que lo fue. Empecé el año con la persona que hasta hoy, sigo queriendo más que nadie por mucho que yo sea "alguien más" en su vida. Es así. No hacen más que asaltarme recuerdos de esos dichosos días, de esas ganas de todo, de esas ganas de tenerle. Me prometió que cerraríamos 2012 juntos, que lo empezaríamos y volveríamos a terminarlo, que pasaríamos muchos otros, los dos. Y ahí quedó aquella idea que me hizo tan feliz que me hace llorar de la impotencia que siento de no poder volver a esos días.

Este fin de año 2013, no espero nada. Pienso pasarlo sola, sin ganas. No hay nada que hacer y, mientras, Él estará de fiesta, contento, feliz, sin pensar siquiera en cómo eran las cosas hace un año. Tampoco lo sé, no sé si será cierto o  porqué no puedo pensar otra cosa. Sé que posiblemente 2014 me traiga algo mejor, pero hoy no puedo evitar que las lágrimas salten por Él nuevamente.

Qué cojones le hago si le quiero más que a nada.
Qué.

11 de diciembre de 2013

¿Había llegado ese momento?



La otra noche, tras tirarme no sé cuánto tiempo llorando porque exploté después de aguantar toda la semana, un amigo decidió llamarme. Le conozco desde hace ya... Cinco años. Con él hay una pequeña historia, estuvo enamorado de mi durante dos años, dos años en los que hubo algún vacío por mi parte. Se podría decir que me gustó, poco tiempo, cuando tenía 15 años. A mis 19, parece una historia algo lejana aunque no haya pasado tanto tiempo, por así decirlo. Podríamos resumir la historia en que cuando a mi me gustó a él le gustaba otra, estaba cegado y yo decidí retirarme y ayudarle. En verano de aquel mismo año empezó a darse cuenta de lo que yo realmente valía para él pero por mi parte, ya era muy tarde. Ya había superado esa pequeña piedra.
Estuvimos hablando de lo que le gustaba de mi, las razones por las que había estado dos años enamorado y cosas así pero también de lo que me pasaba, de toda mi historia con Él, cómo no. Parece que siempre está en mi día a día aunque ya haya decidido aparecer de vez en cuando para volverse a ir.
Hablamos de todo un poco, de razones, de sentimientos, de promesas, de frases que dejan huella como "Espérame". Algo tan simple, una palabra. Una palabra que para mi resumía todo lo que Él sentía.

Le comenté porqué estaba llorando, porqué mis ánimos habían decaído. Le dije que era una tontería, qué iba a decirle si no. Dijo algo tan simple como:

- Sí, ¿verdad? Por una tontería han decaído tus ánimos.

Supongo que para mi era importante... ¿Sabéis qué? Decidí volverle a mandar la dirección de este blog, la había perdido. Decidí volver a confiar en Él. Esperaba, de todo corazón, que no me fallara. No lo necesitaba. Le dejé la dirección añadiendo:

"Peque, aquí te dejo el blog. Si no te lo pasé antes cuando insistías tanto era porque tampoco mm me gustaba la idea de que vieras cuánto te quería, no sé, me expreso diferente escribiendo y, a veces, queda muy raro todo pero bueno, en 5 meses creo que te he demostrado cada día lo que siento y se ve bastante y porque lo leas no creo que pase ya nada. Lo que hay es lo que hay. Y, es verdad que no empecé a escribir por ti porque fue en 2010 y no te conocía, pero podrás ver cómo empecé a escribir por ti desde abril de 2012. Un beso y ánimo si estás trabajando. Siento molestar, solo era para eso"

Tonteó sobre algo del nombre. Me lió y lió. Se lo dije, que parecía estar riéndose en mi cara. No sé qué le pasó pero sencillamente se fue un frío "Gracias por el blog, ale, adiós". ¿A qué venía eso? No pude evitar pedirle explicaciones pero creo que yo ya sabía que me quedaría ahí, esperando, como siempre. Y concluí:

"Paso, me vas a dejar hablando como las locas y no me apetecen excusas hoy...  Para mi, la has liado y no creo que fuera el momento y menos con eso, peque... Me conoces y es muy importante para mi porque no confío en todo el que se me acerca y me cuesta muchísimo, además del miedo que tengo e incluso ahí lo leerás y lo verás... En fin, que vaya bien, hasta otro momento, peque"

En definitiva, me dio una punzada en el pecho al ver la poca importancia que le daba a algo que consideraba la parte más íntima de mi mundo, allí donde busco el desahogo. Pero bueno, no debería haber esperado otra reacción, sencillamente esperar nada.

Mi amigo me preguntó:

- Ahora mismo, ¿qué esperáis el uno del otro?

Tardé en contestar

- ¿Estás bien?
* ¿Esperar? Yo de él tengo claro que nada porque hasta él me lo dice "No esperes nada de mi" y él de mi, no lo sé pero se lo he dado todo, incluso en este tiempo, así que vete tú a saber.
- Te pregunto, porque hace mucho que no te pregunto sobre lo vuestro y no sé si ha pasado algo nuevo o no.
* No sé qué espero...Espero que se de cuenta de lo que está perdiendo o de lo que ha dejado, pero no lo va a ver porque pasa 3 putas mierdas ya de mi.

En ese momento, recordé la frase de otra amiga "No se puede dar cuenta de lo que ha perdido, porque aún, por mucho que digas, no te ha perdido. Sin embargo, tú si le has perdido ya, deberías haberte dado cuenta"

- Si no recuero mal, mi opinión era que si pasaba de ti, era porque no le veía futuro, por una razón u otra y que si realmente se interesa por ti, que haga algo, y que no te tenga atada y por tu parte, te dije algo de un ultimátum que ya no sé si tiene sentido hacerlo. ¿Tú sigues realmente enamorada? ¿Sigues sintiendo eso que sienten los enamorados cuando están lejos el uno del otro, esa dependencia de su presencia, ganas de estar junto a él, las ganas...? Porque si es así, y ya no contempláis eso de vivir juntos, una meta donde esteis los dos, no creo que tenga sentido martirizarse tantísimo por alguien.
* Odio esta situación...

Le expliqué el porqué de todo, el porqué sido aquí. Tantas y tantas cosas... Sirvió de desahogo.

* Y sigo aquí después de cinco putos meses... En los que han cambiado muchas cosas.
- Joder, eso no se hace. Ahora sí que no merece la pena un tío que te quiere mantener atada por la cara, sin dar nada a cambio. Deberías desaparecer de su vida, de golpe, avisando o sin avisar, para que se dé cuenta de lo que ha perdido, que es muchísimo. De hecho, me parece de muy mal gusto que le prestes atención a alguien que ha perdido el derecho a tenerla. Me da mucha rabia que te tenga así... Que te haga estar infeliz, encima que tú no has hecho nada para acabar así y todo porque Él se ponga caprichoso y egoísta, vale que está el tema de la familia, pero si no puedes seguir con alguien, no hagas que espere... No te has buscado estar así, simplemente te has limitado a amar incondicionalmente. Joder, hay que ser consecuente con las cosas... No te mereces que te haga pasar por lo que te está haciendo pasar. Si realmente te quiere, que te deje vivir... Mándale un poco a la mierda aunque sea duro, porque sé que lo es. Desaparece, distráete con otras cosas. Se podría resumir en: Pasa de él, porque no merece tu atención. Él necesita una relación cercana, se ha cansado de estar siempre a kilómetros, y que se desvanezcan las posibilidades de vivir contigo por el tema de su familia.
* Cuando le dije que posiblemente viviría en Barcelona se limitó a decir básicamente: "Parece como si lo hicieras por mi, yo no necesito nada".
- Si te dice eso a que vivas en Barcelona, no sé muy bien qué pensar... Nada bueno... Tanto "espérame" pero, vamos a ver, si vas a ir tú allí, ¿qué coño vas a esperar? De verdad, sin querer ser muy pesimista pero si a pesar de que tú vayas, Él se pone a la defensiva,  a mí se me ocurre que quizá haya encontrado a otra, o que se haya fijado en otra, porque no me parece normal una reacción así. Eso no se hace, simplemente. Las cosas no se hacen así y más conociéndote y sabiendo lo que sufres por las cosas. Me pareció bien que le hicieras saber todo y que al menos te quieras un poco de esa forma aunque me sacó una sonrisa una de tus frases pero, bueno, haces demasiado. Nadie estaría dispuesto a aguantar tanto.
* Eso le dije, y... Se sentía como una mierda.
- ¿Acaso no lo ha sido? A mi me da rabia que aguantes tanto porque no te mereces recibir nada a cambio de tu entrega, de tus ganas.
* No sé qué más querrá de alguien... No puedo hacer más, nadie puede dar más.
- Nadie.
* ¿Sabes? En cuanto me dijo que me necesitaba con él, que se sentía solo, que necesitaba un simple abrazo mio... Ya estaba buscando billete para subir y pasar todo esto a su lado, 20 o 25 días allí en julio y después el viaje que ya tenía pagado para 15 días más y poder subir a cuidarle pero me dijo que no hiciera nada, que quería pasarlo solo y... Luego vino el resto, cortar a la semana y eso. Ya sabes.
- ¿Ves? Ya tengo otra razón que darte por la que fuiste la chica que más quise, esa constancia y entrega tuya que se ve. Lo que no veo es que seas tan masoca.
* "Masoca" debería ser mi segundo nombre, está claro pero es que yo cumplo lo que prometo y se lo prometí que estaría aquí, aquí aunque Él me prometiera cosas que ya ha roto, pero yo no soy así.
- Yo creo que llega un punto en el que la salud está por encima de una promesa porque no es sano sufrir tanto.
* Cuando llegue ese momento, hablaremos...
- Yo creo que ese momento llegó hace tiempo.

Me quedé sin palabras tras eso.

¿Había llegado ese momento?

Y tú, sí tú, sin saberlo


Hace tiempo Él me hizo volver a creer, sentí eso de lo que la gente hablaba y yo dudaba llegar a sentir... Me sentía comprendida, escuchada, querida, cuidada. Sentía que todo lo que pronunciaba su voz era verdad. Sentí que cada "Te lo prometo" duraría. 
Hoy, si miro estos meses que no lo he tenido... Muchas de aquellas promesas que se pronunciaron sin más, no las ha cumplido, ¿se habrá dado cuenta? Me duele porque recuerdo cómo le decía en muchas ocasiones:

* Peque, por favor... Si no vas a cumplirlo... No me lo prometas. No necesito palabras regaladas. No necesito que me hagas creer que vas a hacer algo si de verdad hay algo, en el fondo, que te dice que serás incapaz de cumplir. Me tomo las promesas muy en serio, yo no he roto ninguna en este tiempo. Ninguna. No soporto que nadie ni me mienta ni me prometa sin cumplir... Creo que me han hecho demasiado daño con eso y en ti he vuelvo a creer que puede ser diferente porque dices que eres igual que yo en ese aspecto, cumples. Por favor peque, nunca hagas que deje de creer en lo que me dices porque es difícil hacer que vuelva al principio si eso ocurre... No hagas que deje de creer en lo que me prometes. No rompas ni una promesa, solo eso.

Bueno... Solo decir que se han roto muchas promesas desde entonces. Muchos "Te prometo peque que te recuperaré cuando todo mejore", muchos "Peque, te prometo que quiero estar solo contigo", muchos "Te prometo que si bajo de Barcelona será solo por ti", muchos "Te prometo que eres lo más importante", muchos "Te prometo que todo va a ir a mejor", muchos "Te prometo que voy a estar siempre que me necesites", muchos "Te prometo que te necesito en mi vida", muchos "Te prometo que lo que más me dolería sería perderte", muchos "Te prometo que aguantaré, esperaré" y muchos "Te prometo que quiero hacerte feliz".

Vista la situación, ¿Dónde quedó todo eso?

¿De verdad Él es uno como otros tantos que solo hablan y prometen sin más, sin pensar en las consecuencias o en lo que pueda sentir la otra persona? No quiero creer eso. Ya no solo es el hecho de prometer, sino de que para mí, una palabra siempre sale de lo más profundo que tengo y más si era a Él, pero parece que al revés solo era así o solo fue así durante un tiempo. Pienso que me tomaba muy en serio las palabras... A veces los hechos no las acompañaban pero yo siempre quise creer en ellas y, es más, creí ciégamente en todas. Ahora, sinceramente, ha llegado un punto en el que habla y habla y los hechos no le respaldan. Habla y no actúa. Habla y no demuestra... Nunca fue como yo en eso y quizás lo vi un poco tarde o quizás siempre estuvo ahí y me negué a verlo, no lo sé, no quiero saber más. Creo que solo fue verdad un tiempo, antes de que todo esto le superara, ahí nunca dudé de su palabra, ahí nunca dudé de una promesa, ahí nunca dudé de Él... Hoy ya no tengo esa certeza o al menos, Él ha conseguido que la pierda, sí, Él solo por hacerme creer cosas que luego rompe como si nada, como si yo fuera una cualquiera en su vida. No me considero una cualquiera.

Pero, qué se le puede hacer. Yo sigo cumpliendo mi palabra y si soy sincera, solo he llegado a romper una promesa en mi vida, aunque quizás muchos no lo verían como una promesa rota... Prometí decirle que le quería cada día sin importar lo que pasara... Pero, os contaré un secreto... Tal vez ya no se lo digo a Él, pero cada día puedo asegurar que un simple "Te quiero" escapa de mi. 

Y tú, sí tú, sin saberlo.

Demasiado romántico todo.

9 de diciembre de 2013

Razones para seguir por ti


Nos despedirnos la tarde de aquel 16 de junio en aquella estación de metro tras hacernos nuestra última fotografía. Te vi  marchar con lágrimas en los ojos, algo no iba bien, algo no iba estar bien poco después... Cuando llegué a casa, todo era muy extraño. Aún tenía en mi cuerpo la sensación de tenerte entre mis brazos y con tu rostro tan cerca que me resultaba tentador. Pero no, aquel viaje empezaba a tener fin y, tras una pantalla, hablamos... 
El hecho de que siga aquí por él, podría resumirse en:

- Mira peque, en el caso de que me obceque... Si tú me dices lo que me dices, aguanta por el amor de dios, que si mejora, lo primero que voy a hacer es recuperarte, ¿vale? Eso tenlo claro.
* Eso tenlo claro tú, peque, que me quieras tanto como para querer recuperarme.
- Yo sí, mi niña.


Pero... Empecemos por el principio, ¿no?


* Precioso, se me hace raro estar en Barcelona y no contigo, no sé...
- Ya... Pero bueno "muaa". No le podemos hacer nada.
* ¿Cómo que no? Espérate que voy.
- Ven, va.
* Me tienes que recoger en Bages.
- ¿Yo? ¡Ahora voy!
* Bonito... Quiero abrazarte por detrás, mimarte...
- Shh... Que te entran ganas.
* Pero bien que te apartabas a veces...
- Eh pero para incitarte a tenerme con más ganas.
* Sí, más ganas y ya exploto... Yo te mato...
- Mátame.
* No, que sino no disfruto mi tiempo con lo que más quiero y entonces, no puede ser...
- Si, si...
* Si, si, ¿qué?
- Que te quiero.
* Eso espero, peque. Yo lucho por ti, cada día.
- Lucha cada día.
* ¿Te han gustado estos días a mi lado?
- Sí, mucho, peque. Gracias, mi vida.

(...)

* Eres tan... Aiiss
- ¿"Aiiss"?
* Eres mi niño, no sé definir ese "aiiss"... No sé, un encanto, precioso, bonito, mi solete, mi vida que adoro, que necesito, mimoso, achuchable, monoso, más especial que nada, divertido... Yo que sé, hay muchas cosas en ese "aiiss"... 
- Cuántas cosas...
* Y aún faltan, pero la más destacable es que eres lo que más quiero y necesito conmigo.
- Muaa, te quiero peque.
* Te quiero, mi vida.

(...)

- Espero que no me den más malas noticias, así no me como la cabeza.
* No digas eso, va.
- Ya lo sé, peque, pero te di mi opinión respecto a eso.
* Sí, y yo te di el mio también.
- Sí, tengo el tuyo pero es que... El tuyo lo veo como que yo que sé, no me gusta que tengas que aguantar.
* Peque, no es aguantar, si vienen cosas malas, pues hasta que no haya algo definitivo y tú decidas ya lo que quieras, pues no me gustaría que no contaras conmigo en esos momentos y dijeras, "no, parón" en nuestra relación, pues no. Si tengo que pasarlo, pues que sea contigo peque.
- Pero, ¿y si me voy al final qué? No serviría de nada y habrías sufrido más.
* No me importa.
- A mi sí me importa que tú estés mal, mi prioridad es que estés bien.
* Sí, pero peque... Si tengo que pasar por eso, pienso pasarlo por nosotros mi vida. No quiero dejarte solo en eso.
- Pero el problema es que yo tengo una doble preocupación también.
* La tendrías igualmente, créeme.
- No es lo mismo peque el tener que contarte todo a un, bueno, parón y si va bien se retoma, si va mal pues... Te ahorras algo.
* Quiero que me lo cuentes y ya te digo yo que estaría peor sin saberlo, por cómo soy. Y dejarlo un tiempo es lo mismo, voy a seguir sintiendo lo mismo por ti.
- Yo te dije en aquel sitio que por mi sería mejor quizás una pausa.
* No quiero que me dejes de lado y, a ver, qué conllevaría esa "pausa".
- Pues para ver cómo siguen las cosas, peque. Si me siguen dando malas noticias, el golpe sería menor ya que no habríamos llegado a tanto y sería mejor en el caso de que al final acabes sin mi que ya sería un palazo mayor si la relación hubiera ido a más. También así desconectas un poco de toda esta mierda...
* Peque, va a ser un palazo antes o después si no te vuelvo a tener conmigo...
- Para mi no, peque, esa es la diferencia... Tú lo ves como que quieres seguir, yo lo veo como que conmigo estás perdiendo tu tiempo.
* Pero eso lo decidiré yo, no tú.
 - No, perdona... Yo si me hago la paranoia y no me siento cómodo en la relación ni nada porque pienso cosas... Entonces, mal. Yo de momento aguanto porque no me han dicho nada gravísimo. Pero ese "parón" sería como dejarlo en amigos, desconectar y si mejora o algo, pues se vuelve, mi niña.
* ¿"Amigos"? Imposible. ¿Te crees que no te voy a decir que te quiero? ¿Que te necesito? Pues no, que no me lo digas tú... Pues tú sabrás.
- Peque... Si pasa todo esto no sería por el hecho de que no quiero que sepas nada, sino por el hecho de que yo no puedo más, de que son todo malas noticias, de tenerte tan lejos y... Necesitarte tan cerca. Encima tú luego estás mal y todo eso y se va acumulando y si explota, acabará en el resultado que te he dicho porque yo no me siento o no me sentiría cómodo en una relación así.
* Yo, en sí te entiendo... Pero peque, yo que sé... Harás lo que veas conveniente pero yo no cambiaré. Nada de esto lo harías por mi, lo estarías haciendo por ti, por lo que has dicho, sentirte "incómodo".
- Lo haría por todo, por ti también, peque. Es lo que te he dicho, si siento que pierdes el tiempo conmigo... Tú no vas a decir déjame porque estás en el otro lado... La cuestión es verlo desde aquí.
* Si fuera al revés, yo no creo que me dijeras "Pues muy bien, haz lo que veas".
- Yo en tu lugar... Haría como tú ahora, sería cabezón hasta la muerte contigo.
* Pues no te quejes... Tú escúchame.
- No me quejo de eso, solo te digo que a mi se me pasaría por la cabeza eso y tú no puedes ponerte en mi lugar. Pero mira, el problema solo lo tendremos si me siento incómodo y pienso que pierdes el tiempo, hasta que no llegue eso, tú conmigo.
* No perderé el tiempo si estoy contigo aunque te dieran malas noticias.
- Peque, esta relación quizás tiene fecha de caducidad si me dicen que me tengo que ir, ese es el problema.
* Es que no...
- No, ala, ella por ser cabezona sigue y si me tengo que largar, sigue igual, porque no, ella secuestra con un par el avión si hace falta.
* Lo que haga falta...
- Me hace gracia, yo era como tú, cabezón en este aspecto hasta la muerte con todo... ¿Y sabes lo que me pasó? Me metí más golpes que un boxeador y la gente acababa diciéndome "¿Por qué sigues?".
* Tú eres tú... Y yo soy una buena boxeadora(?)
- Y el mundo es el mundo, peque. El problema es que mi familia decidirá quién gana o pierde...
* Si te entiendo, el problema no es que no lo entienda.
- Tú lo verías como que me voy para siempre y yo solo que iría con ellos para apoyarlos al principio y luego volvería.
* No sé, no es fácil... Yo miro muchas cosas.
- Y yo peque, y yo.
* Lo sé mi vida. Pero si con el tiempo volverías ¿por qué me dejarías?
- Porque a saber cuánto tiempo pasa y porque, peque, es lo que te dije... Perder el tiempo. Hay otras personas también para ti... El tener que esperarme es perder tu tiempo.
* Mira peque... Si tú crees que tú perderías el tiempo conmigo, vale. Por mi no hables en eso, porque tengo mi forma especial de querer y en los años que tengo me he enamorado, lo que se dice enamorado, solo de ti. Para mi no hay más gente, para mi estás tú.
- ¿Te crees que tenemos formas distintas de querer? En eso somos muy parecidos...
* Ya, pero no me digas lo que yo pensaría o sentiría.
- Yo solo hago suposiciones, eres una masoca y sé que vas hasta el final por muy duro que sea... Pero yo pienso que será menos duro para ti.
* Deja de pensar en mi, deja que yo decida, no lo hagas por mi en algo de dos.
- En eso no se puede.
* No, no se puede... Pero yo decido en quién emplear mi tiempo y si soy una masoca de "hasta el final" y me tengo que pegar 50 golpes, me los daré muy a gusto si es por ti... Es así, o lo aceptas o no.
- Una relación es, como dices, de dos, pero no todas las decisiones lo pueden ser.
* No, pero no vayas con la excusa de que es por mi. Yo te agradezco que pienses en mi, pero en esto no, solo piensa que soy tu novia, que te quiero y que estuve y estoy dispuesta a afrontar las cosas contigo y no huir a la primera de cambio, lo siento...
- Hay cambios y cambios... Este te cambia toda una vida.
* Lo sé y si quieres sacarme de tu vida, lo haces... Pero no voy a sacarte de la mía.
- Peque... Si alguna vez se acaba, no me importa el tiempo que tenga que pasar pero seamos amigos, por favor... 
* ....
- No va de malas, mi niña. Vales mucho como amiga y muchísimo como novia.
* Pues quédate con eso. Y estas cosas se hablan en persona.
- Se hablaron.
* No, como ahora no... Y me da que por no hacerme llorar pero ahora me cuesta mantener la máscara que siempre he tenido de que "todo está bien" cuando me muero por un abrazo tuyo.
- ¿Sabes cómo cuesta lo mio, mi niña?
* No, no lo sé peque... Sé que te cuesta mucho pero no te acabas de desahogar nunca conmigo y sé que guardas cosas que no acabas soltando con tanto "aparentar".
- Todo esto ha salido hoy... El otro día no lo pensaba así.
* Solo sé que necesitaba hablarlo en persona...
- No es plato de buen gusto hablar esto para mi porque en sí, soy yo el causante.
* No, no es plato y tú en sí no eres el causante, mi vida. Yo solo quiero que no me dejes de lado en esto y que siempre pienses que te quiero con locura y que seguiré ahí para ti, te guste o no, que seré masoca, sí, y que hasta que yo no me diga que no puedo más, no pararé.
- Peque, pero... ¿Y si el que no puede más soy yo? Porque yo soy el que explotará antes y lo sabes.
* Sí, seguramente sea así... y por eso lo temo, porque veo que no serás capaz por mucho que intente... porque te obcecas en que no, no y no.
- Mira peque, en el caso de que me obceque... Si tú me dices lo que me dices, aguanta por el amor de dios, que si mejora, lo primero que voy a hacer es recuperarte, ¿vale? Eso tenlo claro.
* Eso tenlo claro tú, peque, que me quieras tanto como para querer recuperarme.
- Yo sí, mi niña.
* Aguantaré... 
- Gracias, peque, muaa. En fin, me voy a la cama que algunos madrugamos...
* Yo madrugo contigo aunque no te pueda entretener en la cama jo... No ves todo lo que hago...
- Muaa, tú ven mañana y listo. Te quiero peque. Te quiero mucho.
* Muaa mi vida, ya sabes que te quiero mucho. Descansa y abraza el cojín como si fuera yo.
- Noo, yo no te reemplazo, si quieres que abrace a algo que sea a ti, ven, muaa.
* Aiis... Descansa, mi vida, te quiero.
- Adiós, peque <3
* Shh...


7 de diciembre de 2013

Echarle huevos y otros deportes de riesgo


¿Hasta cuándo se permite uno mismo aguantar? 
¿Hasta cuánto uno es capaz de soportar cualquier cosa?
Llevaba unos días sin llorar, aguanté cuanto pude pero hoy ya me resultó imposible... Parecía estar enfadada con el mundo y la única culpable del caos que tengo soy yo por no sabes decir "hasta aquí". Hasta aquí porque nadie merece que le lloren cada día, hasta aquí porque nadie tiene por qué intentar de todo por nada... Pero no soy capaz. Y, al final, siempre soy yo la que acaba mal.

¿Sabéis? Le envidio y odio a la vez.

Envidio su forma de haber conseguido que le deje de importar todo sobre mi de la misma forma que antes, envidio su capacidad de haber dejado de necesitar a alguien, envidio la forma en que sus sentimientos han cambiado, envidio la forma en la que se han perdido las promesas que tanto me hizo creer, envidio la poca importancia que le da a cualquier cosa que me importe a mi, envidio su forma de no extrañar y hacer como si fuera cualquier otra persona en su vida, envidio su manía de ser capaz de ignorarme como si nada, envidio su forma en la que no suelta ni una lágrima, envidio que se haya desprendido de mi tan fácilmente. Envidio muchas cosas... Pero odio que él sea capaz y yo no.

Nunca quise estar así, nunca quise mirarme al espejo y ver este aspecto de mi. Parece como si de pronto algo se hubiera roto otra vez y, encima, es de esos momentos que solo te salva un abrazo de la misma persona por la que te ves así. Odio la forma en la que tus abrazos conseguían salvarme de todo, odio que fueras tú el único que consiguiera ordenar mi caos y lo volvieras a desordenar, odio que te deje entrar y salir en mi vida como si nada. Odio a estas alturas mil cosas... Quizás porque las necesito más que nunca.

Y, la culpa es mía por quererte. Por haber aprendido a quererte. Por haberme aferrado a alguien. Por haberme dejado ganar cuando quise hacer lo posible para que no fuera así.... Tuviste que ser mi debilidad. ¿Por qué cojones me tenía que pasar a mi? ¿Por qué no podía ser al revés?
Y... ¿Por qué no dudaría en volver a repetir la historia?

Todo esto va de: Echarle huevos y otros deportes de riesgo.


6 de diciembre de 2013

Pese a todas las consecuencias


Siguen pasando los días como quien oye llover. Pasan y pasan desapercibidos, desgarrando quizás más o quizás menos. A veces pienso que hemos llegado a tal punto de no reconocernos que parece que todo lo vivido, todos los momentos, todas las palabras, todas las promesas, todos los besos, todos los abrazos, todas las tentaciones, todas aquellas fotografías... Todo eso parece que nunca haya llegado a existir.
No sé si es porque el paso de los días hace que me parezca más irreal o que a veces te siento cerca y de pronto desapareces sin más. Aún tengo esa duda de porqué vuelves como si nada, me haces realmente feliz, me alegras el día en cuanto me hablas y te siento bien pero de pronto se acaba y consigues desaparecer días sin tener ganas de una simple conversación quizás por tiempo o, como realmente siento, por falta de ganas, interés. Quizás porque un mensaje para saber cómo está alguien, solo roba de tu tiempo... ¿Cuánto? ¿Unos segundos? Y una conversación algo más larga... ¿Cuánto? ¿Escasos 10 minutos?
El problema no es el tiempo, tiempo cuando uno quiere saca hasta de donde no creía posible. Antes... Antes no era ningún problema. No sé cómo lo hacíamos, pero teníamos tiempo para todo, teníamos tiempo para los dos de una forma tan... Especial para mi. Te sigo echando de menos. Sigo echando de menos todo eso, llámame imbécil. El problema a estas alturas es que todo eso se ha perdido al parecer. El problema es ese querer del que, a simple vista, careces y del que a mi me sobra. Quiero equivocarme, quiero que esa afirmación no sea cierta por tu parte. Te prometo que siempre intento darle la vuelta... Pero por cuánto tiempo se puede excusar a alguien hasta lo imposible. Yo aún sigo haciéndolo aunque esta idea no desaparezca de mi débil mente. Es difícil. Ojalá fuera algo... Más fácil entre tú y yo. Si llegaras a pararte a leer ciertos escritos de un día en el que, tal vez, ni sabíamos qué sentíamos el uno por el otro; ya pedía a gritos que lo "nuestro" fuera más fácil, sobre todo para ti. En aquellos días quién iba a imaginar que luego serías un tiempo "mío".

Se me queda una cara de estúpida por culpa del amor... Es impresionante.
Soy un desastre.

Te quiero tanto que las consecuencias de todo lo que puede pasar a veces intento dejarlas a un lado. Mereces la pena para mi y quiero cumplir mi promesa... Pero no te mentiré, es la que más me está costando cumplir y, sinceramente, no por mi; si no por ti. Y no es por culpar a nadie, tampoco creo que sea realmente culpa de ninguno de los dos, pero me faltan razones... O quizás se han perdido demasiado a lo largo de estos meses en los que no hemos estado juntos... Y, para serte sincera, creí que aquel sentimiento por ti, aquel nerviosismo de estar frente a ti lo había perdido; pero me di cuenta de que me estaba mintiendo a mi misma el día en el que te volví a ver y al sentirte entre mis brazos pero, al poco tiempo, se fue. Nunca quise separarme de tu lado, peque... Fue muy extraño verte marchar con aquella sonrisa, con aquellas tonterías, con esas ganas de... Besarte. Pero volvieron a pasar los días y aquel propósito de hacer las cosas bien nuevamente, se esfumó. No sé si es tu indiferencia o saber que lo que yo siento por ti es lo mismo que te prometí en aquellos días y tú no. No sé lo que es y se convierte en una tortura cuando intento responder a preguntas a las que yo no puedo darles respuesta.

¿Cómo te digo que no puedo ser tu amiga? ¿Cómo te hago ver que para nosotros es imposible? Cómo te digo que no quiero ser cualquiera, quiero seguir siendo "tu niña". Aquella por la que te salían mil cosas bonitas porque las sentías, aquellas por la que seguías por muy difícil que resultara. Y cómo te digo que mis ganas por ti... Es que me superan, eres mi dichosa debilidad, pequeño.
Parece muy lejano ya, pero hace 13 meses llegué a decirte que si te ibas de mi lado, nunca podría ser esa "amiga" y lo estoy intentando lo mejor posible. Intento darte días buenos cuando hablas conmigo, hacerte sentir que sigo ahí solo para ti, confiándotelo todo pero luego por tu parte me siento una extraña pese a que me digas que sigues confiando en mi, que no te he dado motivos para no hacerlo y, sinceramente, no me extraña. No sé de ti salvo lo más... "Superficial". Del resto ya no soy partícipe, del resto ya no me haces partícipe y, créeme, es una putada.
Siempre me ha parecido una putada darle todo a alguien que para darte algo, parece tener que pensárselo mil veces, pero bueno... Supongo que solo puedo decirme "Si es por él, quiero hacerlo, quiero seguir, como sea" y, bueno, aquí me ves, mi vida... Un día más.

Ayer mientras intentaba animarte a seguir con un trabajo, mientras te decía que todo iría bien, me moría de ganas por poder abrazarte y decírtelo, darte un beso en la mejilla (de esos que no te gustan), solo para hacerte rabiar. Pero mientras ocurría todo eso, se me escapó un "Yo te apoyo, mi vida". El subconsciente me falló completamente, de pronto reviví mil cosas que guardaban esas dos palabras tan simples...

¿Por qué debo ser así de extraña?

Por hoy, está bien...
Si algún día consigues entrar a leer esto y consigues leer cada palabra hasta el final, me gustaría saber qué piensas, y qué piensas sobre que yo siga aquí cada día solo por ti... 
Es una pregunta que aún me hace temblar, por tonto que te parezca.
Tan solo quiero decirte que... Te quiero, quiero intentarlo todo antes de rendirme y dejarte ir de mi vida o echarte yo, quiero apoyarte cada día, quiero dar lo mejor de mi por ti como hacía e intento hacer cada día.
¿Sabes? Aún me despierto con la esperanza de que de pronto, vuelvas. Con la esperanza de que me digas que me quieres, que quieres intentarlo todo y no dejarlo en aquella vez que salió nefasto. Que merece la pena si es a mi lado, pero claro, luego recuerdo esas palabras "No esperes nada de mi" y se desmorona un poco la realidad pero la esperanza no se va. Parece que el quererte así solo me lleva a tenerla por si algún día consigues ver que sino, tanto que no queríamos perderlo todo, nos quedamos sin nada.

Lo siento, compartiste momentos de tu vida con una tonta enamorada... Qué esperabas.
Solo sé dedicarte líneas porque no quieres que haga nada más por ti y que sepas que sigo haciendo imposibles aunque no los alcances a ver... O aunque me haya intentado prometer no contarte nada de ellos, así, creo, que te sentirás algo mejor.

Todo esto, se resume a un simple... Te quiero, pese a todas las consecuencias. Te quiero con todo el pasado. Te quiero ahora. Te quiero con tus mil defectos que equilibran los míos. Te quiero con todo eso que tienes y que solo quiero y puedo ver en ti. Te quiero con lo que venga...

Sencillamente, te quiero.

PD: Sempre em sento atret pel teu somriure.


3 de diciembre de 2013

Te tengo ganas, demasiadas


Cada día, me sorprendes más. ¿Cuándo iba a cesar todo esto? Me pierdes, me pierdo... 
Hablamos de todo aquello que no te perdonaba, incluso me faltaron cosas, pero era divertido ver cómo te esforzabas intentando decir todas aquellas cosas que creías haber hecho mal y luego un simple y sincero:

- No me perdonarás igualmente, pero bueno, nunca está de más repetirlo. Lo siento todo mucho, peque.
* Peque, te puedo perdonar mil cosas aunque sepa que, cómo lo he pasado yo, en este caso, no te puedes hacer a la idea. Aunque tampoco me hayas dejado tú saber cómo has estado. No va a cambiar nada.
- Si lo sé, noche de alcohol, desenfreno, hotel, y todo perdonado(?) Es broma, lo siento.
* Eh todo es planearlo (?)
- Me debería asustar si te lo consideras...
* No sé de qué te asustas, sinceramente...
- De muchas cosas.
* De mi, no, es normal que te diga que sí a eso.
- Me asusta ese sí...
* Tontaco que eres...

Seguimos hablando de lo nuestro, de lo que pasamos, de lo que pasó.

- Pero estuvimos juntos una vez, entonces es que algo tienes que me gusta.
* Sí, algo tendré.
- Pues cuando sepa algo, si surge otra vez lo que ya hemos tenido, ya habría pasado toda esta situación. No te dejé porque no me gustarás, acuérdate.
* Ya, pero el problema es que yo sí te sigo queriendo, vaya, se me ve a kilómetros.
- Bueno, yo en ningún momento te he dicho que no me quieras.
* Sí, pero te quiero yo como siempre y tú a mi no.
- Porque yo me lo he tomado con otra filosofía.
 (...)
* Sí es cierto que me gustaría ver que pensaras que merece la pena...
- Yo siempre te lo he dicho que lo mereces.

(...) Seguíamos con nuestras tonterías, cómo no, hablando de un amigo mio.

- Le revienta que veas algo en mi que a él no le viste.
* Pero ni a él, ni a ninguno.
- Y será atento y todo lo que quieras, pero no es yo.
* No sé, peque, me ganaste de una forma que.... No. Que nunca quise.
- Yo ni siquiera sé qué hice.
* Ser diferente.
- Soy diferente. Una persona rara, con gustos raros y de carácter raro.
* Pero es que a mi me gusta todo, sea raro o no de ti, peque. Cómo te lo digo que me daba igual y me da igual, que defectos tendrás miles pero ni me importa.

(...) Hablamos de cada cosa que perdía aún más su sentido.

* Por dentro y, a veces por fuera, qué piensas.
- No puedes decirme qué pienso por fuera porque hay atracción física.
* Ya, y eso es lo divertido. SI te dejas, se te tienta en nada.
- Yo te reviento...
* ¿A mi? ¿Tú? Cuánta fe...
- Sexualmente eh...
* No eres capaz, te podría tentar y no eres capaz.
- Eso es lo que quiero que pienses exactamente.
* Sí, no eres capaz, por tu parte no. Hasta yo podría contigo.
- No me conoces mucho si dices eso... Peque, te voy a contar la situación... No eres una persona cualquiera, a mi me dices esta tía sin conocerla ni nada ni hay feeling ni atracción de ningún tipo, pues no. Contigo, te conozco, sé cómo eres, atracción física la hay... Mmm sí, después de eso está claro que "amigos". ¿Dónde está el problema? What?

(...)

- Bueno, te has enterado, ¿no?
* ¿De qué?
- Que te reviento.
* Pues reviéntame.
- Pero estás feliz de saber eso.
* De saber que si te tiento, caes, pues sí. Entonces, ¿vas a ser mi amiguito del alma? Yo solo te digo que vestidos, corsé y cosas así son peligrosos...
- Tú eres una tentadora...
* Pero solo contigo.
- Tentadora.
* Solo un poquito...


Y te fuiste a descansar. Qué ganas más tontas de ti me dieron en ese instante y creo que desde siempre. Me mataste con eso, la risa no cesaba. ¿Desde cuándo no me reía tanto con alguien? ¿Desde cuándo no reía tanto contigo? Te echaba y te echo de menos, peque. No sabes cuánto me reí ahí al comprobar que esas ganas siguen ahí si le doy razones para que surjan. Al comprobar que la atracción no nos deja ser amigos, caeríamos si uno de los dos tentara al otro, ¿no?.

No puedo evitar que cuando estamos bien, me encantes y consigas hacerme sentir todo lo que intento ocultar cada día. Sé que me tienes ganas, quizás muy en el fondo, quién sabe. Sé que te tengo ganas. Sé que la atracción física es muy peligrosa para mi, es lo que tiene y más si ya hemos vivido nuestra relación más intensamente, más si he visto todo lo que eres capaz de darme.

Anoche soñé algo, una tontería. ¿Por qué me traiciona mi cabeza hasta durmiendo? No lo entiendo. Tampoco me molesto en entenderlo pero tengo curiosidad por saber a dónde nos llevaría esa pequeña locura, cómo no.
Te quiero y te tengo ganas.
Demasiadas.
Y qué putada.


2 de diciembre de 2013

Siempre te creí. Siempre


¿Sabes? Creo que eres la única persona a la que, desde que conocí, he creído cada palabra... Podrías haberme dicho que el cielo no era azul e incluso podría haber dudado porque tus ojos nunca mentían ni mintieron. Podrías haberme dicho que la vida se acababa mañana que yo habría quemado esos últimos instantes a tu lado...
¿Sabes?
Siempre creí que regresarías.
Nunca dudé de aquel "Peque, te iría a recuperar en cualquier momento, eso tenlo claro". A día de hoy, cual ilusa, sigo creyéndote... No creo que te resulte raro... Sigo pensando en aquel "Eres lo más importante de mi mundo, consigues hacerme olvidar todo lo malo y nunca lo dudes, no hay nada comparable a estar a tu lado". Pero el tiempo pasa y desgasta las palabras que no pueden refugiarse en hechos que me hagan mantener esa esperanza que ya dudo que incluso quieras que tenga.

Muchos días me paro, me siento y pienso en todo lo vivido. En todos mis errores... Muchos fueron de cría por no saber quererte sanamente quizás. Muchas veces debí callar y hubo muchos momentos en los que la sinceridad debió quedarse a un lado... Supongo que no siempre era bueno que supieras absolutamente todo lo que pasara por mi cabeza.

Cuando mi pequeño mundo volvió a ser un caos sin ti, te juro que me sentí perdida muchos días... Tú eras el único que daba un poco de sentido a todo esto, el único que de cualquier forma, en cualquier momento, conseguía sacarme una sonrisa para afrontar los días. Te busqué... Madre mía si te busqué... Si por mi hubiese sido, te hubiera buscado a cada instante, pero aun hoy, sigues pensando en lo que tú necesitas mientras yo, que te necesito solo a ti, no importa.
He pasado de ser una prioridad a una mera opción que todavía guarda algo de importancia en tu vida por todo lo que hemos vivido juntos en aquellos meses tan llenos de felicidad, tan lleno de tu presencia y de tu risa y no de tu ausencia.

El problema vino cuando tras 4 meses, acabó de explotar todo como siempre pensé que iba a ocurrir. Tú serías el primero en dejar a un lado todas aquellas palabras a las que a día de hoy sigo aferrada... Aquel sentimiento, aquel querer con locura se esfumó.

¿Cómo se consigue eso?

A veces vuelves... Como si nunca quisieras irte. Otras veces, desapareces y siento que te pierdo cada día un poco más. Cada día todo se va apagando, se consume y llega a un punto de inestabilidad emocional que ni te muestro. Te contaré un secreto... Detrás de cada "Estoy bien, peque", hay un "Me muero de ganas porque me digas que vuelves". Detrás de cada "Te odio", se esconde un "Te quiero" como los de antes, como los de siempre. Detrás de cada risa, se esconden mis ganas de besarte. Detrás de cada despedida tuya, están mis ansias porque te quedes un ratito más a mi lado. En cada silencio, pienso en ti. Por cada letra que escribo, la escribo pensando solo en ti.

Añoro esos días en los que solo éramos "nosotros", pero supongo que me ha ayudado a dejar de sentir esa dependencia que sientes cuando te enamoras de alguien. Te prometo que sigues siendo la razón por la que me levanto cada mañana y el deseo de volver a tu lado y continuar nuestra historia que tiene un futuro incierto.

Nuestras conversaciones... Siempre tienen un tono nostálgico. Recordamos momentos, situaciones, quizás como ocurría ayer. Tonterías como el hecho de que no dejara que me invitaras a nada mientras que te picas porque otros lo hacen ahora (o te miento, quizás, solo para ver cómo respondes), esa tontería, me hizo sonreír. Nunca quise que gastaras dinero en eso por mucho que lo consideraras un simple detalle, prefería que gastaras ese dinero en venir a verme, en coger y decir "Vamos a perdernos" unos días o un simple fin de semana. No me importaba el dinero, nunca me importó. Me importabas tú, incluso ahora.
También ayer te enseñé fotos, fotos que para ti eran "provocativas". Cuando hice aquellas fotos... Bueno... Quizás quise ver si reaccionabas, si conseguía tentarte un poco más. No sé si lo conseguí, pero alguna vez supe que sí pero mientras tú te limitaste a decir:
"Bah todas sales físicamente ahí, con vestido o que se te ve algo... No saben apreciar las mejores fotos... Ya sabes qué fotos me gustan a mi, donde sales tú y en ninguna de ellas aparece más de ti que de cuello para arriba"
La cambié solo por ti, cómo no. Te ponías contento de tantas otras cosas. ¿Recuerdas? Verme era lo único que te alegraba el mes, hoy por hoy, no estaría tan segura. Quizás no siento esa certeza pero tampoco la descartaría, ¿no?

Seguimos hablando, llegaste a la conclusión de que no eras ni siquiera bastante bueno y lo sentías y que quizás un día, cualquiera, debía insultarte. Debía desahogarme, quedarme a gusto, o eso creías. No entendí por qué y te pedí incluso que me dieras razones... Supongo que no hacía falta ni decirlas. Pero no lo necesitaba ni lo necesito, no quería echar por los suelos todo lo que habíamos vivido por tener que insultarte, por tener que dedicarte palabras que no serían propias de mi hacia ti. No quiero... Sigo sin querer por muy cabreada que haya podido llegar a estar en estos meses. Pero te fui sincera, mi perdón no lo tienes, te lo dije, y te prometo que no es porque no lo merezcas como tú me dijiste entonces... Muchas veces pensé que sí, que cambiarías pero pasaba algo, cualquier cosa que desmoronaba nuevamente aquella oportunidad que quería darte.
 ¿Tu respuesta a que no tuvieras mi perdón?

- Lo tengo también.
* Ah, ¿si? ¿Por qué?
- Porque siempre me lo has dado todo.
* Ya, lo mejor que he podido, pero mi perdón no lo tienes, peque y que conste que en el hecho de dejarme sí
- ¿Estás enfadada conmigo?
* No estoy enfadada porque me dejaras, eso creo que lo sabes.
- Sí.
* En otras cosas, sí estoy enfadada contigo y otras, conmigo misma.

- Dímelas.

Jugué un rato contigo, te hice pensar qué habías hecho mal.

- Estás enfadada por el hecho de que abandoné, por el hecho de rendirme, de decir hasta aquí aguanto y de no haberme arriesgado
* Mm eso te lo perdoné. (Nunca te lo perdoné) porque tenías una forma diferente de soportar las cosas que yo.
- El hecho de no hablar tanto, yo que sé.
* Va, peque. Yo confío en que das para más. Eres muy listo.
- Confías mucho, eh.
* Sí.
- No me perdonas lo de agosto, el no vernos, supongo que tampoco lo de que subieras y nos viésemos un día.
* Vale, ahora te queda todo el tiempo de en medio.
- ¿Que pasara tanto de todo?
* No me preguntes a mi tú dime por lo que crees que estoy enfadada, pero seguro de ello.
- Yo pregunto y tú contestas.
* Pues va, más preguntas.
- ¿Por qué estás enfadada? Qué hice en el medio, a ver. porque estas enfada
* Pero si no tienes ni idea...
- Podría deducirlo pero es más fácil que me lo digas tú...
* Pues deduce, por un día.

- Las malas contestaciones, el pasotismo, ser borde, etc., a eso me refería.
* ¿Ya no dices más?
- A menos que sea lo de setiembre de vernos.

Te entretuve un rato, era curioso ver cómo intentabas decir las cosas por las que estaría enfadada. Te hiciste muy bien el tonto, sabes perfectamente qué me  hacía daño, las razones que podían molestarme... Siempre lo supiste todo de mi, siempre te lo dije todo. 
Eres quien mejor me conoce. 
El único al que he dejado conocerme.

No sé, peque... No sé dejarte ir. No sé cómo hacer para que te quedes y no decidas irte. Pero a veces, sigo soñando con el día en que decidas regresar a cumplir todo lo que me prometiste e incluso he llegado a soñar cómo te decía de intentarlo nuevamente, de cero, despacio, sin agobios, viéndonos cuando podamos, siendo felices, sin más.

Dudo que esa idea entre en tu cabeza ni siquiera que te la hayas llegado a volver a plantear, pero de la mía no sale. No consigo que se esfume. Y lo he intentado.
Y... por suerte o desgracia, "Rendirse" no está dentro de mi vocabulario.

Siento seguir aquí, cumpliendo la promesa de esperarte cuando decías que no sería capaz.
Mírame, ya sumaré otro mes.

Te quiero, sí, con pasado, con presente, con defectos, con virtudes, risas y llantos. Con todo lo que pueda acontecer en los días que estuviera junto a ti.
Te quiero, sin más.


30 de noviembre de 2013

Esperanzas a la espera, rotas


De nuevo, aquí, llorando cual cría a la que le rompieron mil veces el corazón. Sí, ese que un día te di pidiéndote que regresara a mi entero, lo destrozaste antes de tiempo. 

Aún te lloro, ¿puedo ser más estúpida?
Sé lo que valgo... Créeme que lo sé, pero continúo aferrada a una historia que para ti ya ha pasado. Una historia que sigues teniendo ahí y ya no sé para qué.
Has destruido el poco futuro que pudiera llegar a tener y sin importarte.
Te escudaste en un "Peque, no necesito nada. Yo te buscaré, espera"... Y mientras, ¿quién piensa en mi? ¿Quién piensa en el dolor que siento cada día al recordarte?
Quiero dejarme de recuerdos, quiero revivir momentos nuevamente. Quiero volver atrás. Quiero que me quieras. Quiero que vuelvas.... Quiero que todo vaya bien, necesito estar bien sobre todo, contigo.... Pero cada día me veo más incapaz. 
Siempre te negué poder ser tu amiga y, a día de hoy, sigo sin poder serlo y te juro que lo he intentado... El problema es que ni tú quieres... Entonces... ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué hacemos parados uno frente al otro gritando todo lo que callamos pero sin reaccionar? ¿Qué hago aquí? ¿Qué hago esperando un imposible?
Ahora todo para ti ha mejorado... Parece que quitarme de tu vida te ayudó o eso es lo que estoy empezando a creer. Llámame imbécil. 
Siempre te dije que todo mejoraría y que yo te ayudaría a superar cada obstáculo que encontraras, siempre te dije que me tendrías ahí para ti, siempre te dije que tu felicidad estaría ante todo, siempre te dije que lograrías todo aquello que desearas alcanzar... Pero... En ese viaje de subida, me tiraste, sin paracaídas.
Me dejaste sola... Pudiste tú solo con todo y.. ¿Qué pasa conmigo?
Solo te necesitaba ahí... Nunca me sentí sola si eras tú....


El mundo que ayudaste a reconstruir, se vino abajo hace tiempo... Desde entonces, nada ha vuelto a ser lo mismo. Me odio. Me odio muchísimo....

Ojalá una decisión, algo con lo que pudiera decir... "Hasta aquí".
Y... Me veo incapaz. Me acostumbré demasiado a ti. Demasiado a ser feliz... Me acostumbré a levantarme con una sonrisa cada mañana, a acostarme con la ilusión de saber que te tenía y ahora no me queda nada. Esperanzas a la espera, rotas.


¿Vas a venir a arreglarlas?