30 de mayo de 2012

Sleep to forget


A veces me pregunto si de verdad soy tan rara... 

Que, ¿por qué esta vez? 
No sé exáctamente pero creo que me estoy aferrando mucho a la gente en poco tiempo.
Alguien se ha podido convertir en una parte que me encanta de mi vida, demasiado importante hasta pensar que había un hueco reservado para esa persona. 
Sí, lo sé, ese pensamiento es extraño.
Yo misma me lo he repetido en numerosas ocasiones pero, por mucho que quiera, lo sigo sintiendo así y me da la sensación que el escucharlo... Para ti... 
A veces... 
No es bueno.
Algo cambia. 
Algo se rompe. (¿Había algo?)
Algo no vuelve a ser igual.
No.. No lo entiendo pero... Me siento mal.
Siento que no debí articular palabra, que ningún sonido debió que salir de mi boca.
Siento... 

Espera.

¿Qué?

No entiendo porqué aparecieron estas dichosas lágrimas que no me dejan terminar mi desahogo...
No... 
Ahora no...
Necesito irme...
Hoy no es un buen día para que alguien esté a mi alrededor.
Por favor.




Silencio...

Me voy de aquí....



28 de mayo de 2012

Odiando el adiós.


Tengo... Miedo.

El mismo miedo que he llegado a experimentar anteriormente y sí, siempre está relacionado con lo que se siente y lo que se quiere. Me he equivocado tantas veces que tengo miedo de volver a sentir, de volver a confiar, de volver a pronunciar un "te quiero" sincero, de que todo vaya por el buen camino y de pronto algo se tuerza, de escuchar palabras dulces que apacigüen mi corazón pero que no sean verdad, de volver a perderme en una mirada y no encontrarme más, de sentir la calidez y seguridad de unos brazos que con el tiempo se perderán, de volver a sonreír cuando me doy cuenta de que ese alguien especial me mira, de un simple roce que me enloquezca, de soñar despierta, de no dormir pensando en los momentos vividos, de recordar impulsos que no llegaron a nada, de necesitarte tanto, de romper mis esquemas, de dudar, de esperar algo que no llega....

De que seas la parte favorita de mi vida y, de pronto, perderte.


Pero,¿sabes? La vida consiste en eso... 
Conocer, aprender a querer...
Querer...
Y aprender a olvidar hasta volver a caer.






PD: El final se acerca, es cuestión de tiempo.
Di "hola" a tu nueva vida.



23 de mayo de 2012

No me dejes.



No.
Definitivamente esto no es bueno.
¿Por qué?
Hoy seré breve...
Escucha...
No quiero... 
No quiero acostumbrarme a ti.

Por favor... No dejes que me acostumbre a ti.











P.D: No tengo tiempo para escribir. La inspiración tampoco está de mi lado. Tengo exámenes finales y preocupaciones de más... Hoy me encuentro extraña. No paro de pensar en lo que queda.
Las etapas que se cierran... 
Pronto habrá acabado todo. 
Quedan días, horas, para que mis 17 años tal y como los he conocido hasta día 
de hoy no vuelvan a ser los mismos. 
Bachiller finaliza. 
Las amistades se separan.
La gente se marcha lejos.
Quién sabe si algo de lo que hoy conozco permanecerá mañana junto a mí.


Es cuestión de tiempo...
Adiós a lo conocido.
Hola al cambio.


16 de mayo de 2012

¿Lo conoceré?


Me pesan las ganas, el cuerpo, la mente y sobre todo el corazón.
Siento que nunca voy a llegar a conocer lo que es querer y ser querido. 
Lo que es levantarte por una mañana pensando solo en él, lo que es pasarse horas hablando, lo que es mirarle a los ojos y que una estúpida sonrisa aparezca de entre mis labios, lo que supone que me de la mano y entrelacemos nuestros dedos para que no me pierda entre la multitud o simplemente para sentir mi calor, lo que es un beso en la comisura de la boca y que termine en los labios, lo que es un abrazo inesperado, lo que es una llamada en mitad de la noche solo para escuchar nuestras voces entre susurros, lo que es esperarle con ansias de aferrarme a su cuello, lo que es un beso bajo la lluvia, lo que es dormirme entre sus brazos, lo que es sentir que con él no me hace falta nada más, lo que es el nerviosismo antes de encontrarnos, lo que duele separarme de él, lo que es dormir sabiendo que al día siguiente seguirá habiendo un "nosotros", lo que es escuchar dulces palabras al despertar, lo que es que te dediquen un simple papel, lo que es que te regalen una tarde, lo que es pensar que todo mi pasado quizás me llevó hasta él...


Cambiará... Debe cambiar todo esto... 





Debe sonreírme la vida por una vez.
UNA sola vez.


Vale, sí, quizás es que vuelvo a pedir demasiado.


13 de mayo de 2012

Simples sonrisas.


Hoy escribo con una sonrisa en mi rostro. 

Hoy no me preocupa el mundo tan solo el hecho de esperar con algo de optimismo el mañana. En realidad, no me importa mucho lo que pase, siempre dije que quería que este año fuera diferente, que quizás fuera a mejor pero bueno, nunca se sabe, ¿no?
Hoy es diferente, hoy siento que puedo contemplar la luz que logrará que deje atrás toda esta oscuridad que me retenía, que no me permitía levantar la cabeza, que solo me consumía.
Hoy... Hoy es uno de esos días que te prometes que vas a tener una sonrisa de oreja a oreja pero... Nunca creí en las promesas o quizás sí, pero alguien acabó quitándome esa sensación... 

Me da igual.

Hoy me da igual el pasado, el dolor, las lágrimas que podrían haber llenado una piscina,
el aire que me ha faltado, las ganas que se habían apagado. 

Me da igual. 

Hoy, te repito, todo me da igual.
¿Lo has escuchado?
Déjame al menos un día para vivir a mi manera, otra vez.
Y volver a sentir que MI vida, vuelve a pertenecerme.


Pues eso.



1 de mayo de 2012

Etapas.


Hoy no escribiré sobre ese inquietante sentimiento, no. Hoy no es uno de esos días.

Hace poco, alguien me estuvo hablando del "cambio". Sí, lo creáis o no es algo que aterra.
Nunca he sido de esas chicas que confían pronto en alguien, que abren su corazón y dejan a la vista todos los daños que tiene, todas las inquietudes, todos los miedos y debilidades. No... Creo que nunca he sido de esas y tan solo me he limitado a cerrarme en mi propio mundo del que soy partícipe durante un breve periodo de tiempo y que muchas veces, me lleva divagando allí por donde le place, cuando le place.
Siempre me he quedado quieta, temblando, en una esquina. Pocas veces he querido salir... 
¿Por qué? Porque quizás las experiencias y el tiempo han hecho que desconfíe hasta de mi sombra. 
A lo largo de mi vida he llegado a estar junto a personas que una vez me prometieron que nunca se separarían de mi lado o que quizás nunca sería intencionadamente. Me prometieron que me cuidarían pese a todo igual que yo les había cuidado. Me dijeron que aunque yo me limitara a separarles de mí, volverían. Me prometieron que siempre tendrían una mano para mí en el momento que fuera porque no querían que pasara por las mismas experiencias que me habían convertido en esa persona que incluso yo odiaba. Me acostumbré a ellos... Me acostumbré tanto que salí de mi mundo. No, quizás nunca les dejé entrar y no... Tampoco tuvieron la intención de hacerlo.

¿Qué ocurrió?

Lo que ocurre siempre... Pasa algo, algo trastoca toda la realidad que creíamos que se mantendría por sí misma y no... Todo se desvanecía delante de mis ojos mientras me quedaba tirada a ras del suelo observando cómo la gente se iba alejando hasta tan solo ver una mísera silueta a lo lejos que ni siquiera tenía la decencia de mirar atrás y ver aquello que dejaba. No les importaba. Me pregunto si alguna vez les llegué a importar realmente o solo era una simple persona cuya presencia era prescindible en sus vidas, pasajera, una más.

¿Fui ilusa al confiar?

Volví atrás. El frío llegó otra vez hasta los más profundo de mi interior. No quería salir, pero alguien me forzó a salir... ¿O quizás fui yo la que tenía ansias por volver a aquella realidad donde la felicidad, las risas... Eran más constantes? Donde no hacía falta fingir una leve sonrisa. Donde no siempre me servía de la apariencia.
Ese alguien me sacó. Me analizó y no... No me juzgó como tantas otras personas lo han podido llegar a hacer.
Fui ilusa al creer que unas palabras se harían realidad, se convertirían en hechos. 
Fui tonta al pensar que al decirme que nunca me haría daño, nunca lo haría.

No. Lo siento pero no existe un nunca, ni siquiera un para siempre.

Otra vez volvieron a sangrar las cicatrices que el tiempo no conseguía eliminar de mi piel pero esta vez, se hicieron más profundas, tanto que sentí cómo una mano podía arrancar trozos de mí sin más y dejarme nuevamente allí, en el frío suelo mientras unas débiles lágrimas intentaban escapar de mis ojos.

Otra vez confié... Otra vez me hirieron hasta más no poder.

Pero no quería cerrarme nuevamente. No quería fingir aunque, por desgracia, sigo haciéndolo para que ni el viento se moleste con mis sollozos. Para que nadie me juzgue y me tache de víctima. Para que nadie me diga que convivo con la tristeza... Para no creerme que estoy sola.

Siempre me paro a pensar qué le he hecho a esto que llaman vida. En qué momento cometí un error tan grave que lo único que consigo es tropezar con una interminable caída de la que no consigo escapar.
No sé qué he hecho.
Juro que aún intento comprenderlo.

Y, ¿qué decir?
Luego todo volvió a cambiar, alguien vino y me sacó sin darse cuenta de todo aquello en lo que me vi inmersa.
En poco tiempo se convirtió en alguien que me alegra los días conforme pasan. Con quien puedo hablar sin miedo. Con quien puedo ser yo misma.
Gracias a esa persona puedo sobrellevar cargas que no todo el mundo sabe.
En el fondo me entiende, diga lo que diga, me entiende.

Puestos a pedir... ¿Qué pido?
Que todo vuelva a su lugar y que consiga ser otra vez aquella que no tenía miedo y que conseguía afrontar la realidad tal y como se le presentaba...




¿Es mucho pedir?